Tengo entre manos el libro de Poesías de Osip Mandelstham. Miro una fotografía del joven Osip y veo a un poeta de origen judío que estuvo proscrito en la larga lista de personas peligrosas para la sociedad rusa. Veamos algunos de sus poemas.
“¡Oh cielo, cielo, me serás soñado!
No es posible que quedases sin vista
Y ardiese el día como un folio en blanco:
¡Algo de humo, algo de cenizas!” (1911)
“Cauteloso y sordo sonar
La fruta de un árbol caída
Entre la tierna melodía
Del bosque en su abrupto callar” (1908)
“Ayúdame, Señor, a pervivir esta noche.
Que yo por mi vida, que es tu esclava, miedo tango.
Vivir en San Petersburgo es en una tumba dormir” (1931)
En 1923 recibió la “primera invitación oficial” para dejar de publicar poemas, y en 1937 el periódico Comuna publica un artículo en el que Mandelshtam figura entre los “trotskistas” y otros enemigos de clase que intentaron infiltrarse en la Unión de escritores. “Me encuentro en la situación de un perro…Soy una sombra. No existo. Solo tengo derecho a morir. A mí y a mi esposa nos instigan a que nos suicidemos..(carta de Mandelshtam a Chukovsky).
En mayo de 1938 arrestan a Osip y en agosto lo condenan a cinco años de trabajo reeducativo en los campos del Gulag por actividad contrarrevolucionaria. A finales de octubre cuando ya estaba en Vladivostok escribe lo siguiente: “Estoy muy débil de salud, totalmente extenuado, he adelgazado y casi no se me puede conocer, pero creo que no tiene sentido enviarme productos y ropa. Intentad, no obstante, hacerlo. Me hielo sin ropa”. Finalizamos con algunos poemas sueltos:
“El poder es tan repugnante como las manos de un barbero”
“…todo el mundo quiere ver a todo el mundo: nacidos, portadores de ruina, aún no muertos”.
“El sentido es vano, las palabras nada más que ruido”.