Oslo, 31 de agosto (2011)

Publicado el 17 enero 2014 por Rugoleor @rugoleor

Anders (Anders Danielsen Lie) es un joven noruego que está a punto de finalizar un tratamiento en un centro de desintoxicación. Los progresos son tan notables que el centro le autoriza a ir a la ciudad para una entrevista de trabajo. Pero Anders siente que, a sus 34 años, ya ha tirado su vida por la borda. Que nunca podrá recuperar el tiempo perdido. Incluso se plantea si merece la pena volver a intentarlo. Será entonces cuando una guapa desconocida le haga recuperar la fe en sí mismo y la esperanza de redención.

Calificación: 7,550.

Tráiler de la Película – VOSE

Ficha:

Título Original: Oslo, 31. August.
Director: Joachim Trier.
Guionistas: Joachim Trier, Eskil Vogt.
Intérpretes: Anders Danielsen Lie, Hans Olav Brenner, Ingrid Olava, Tone Beate Mostraum, Johanne Kjellevik Ledang, Anders Borchgrevink, Andreas Braaten, Malin Crépin, Petter Width Kristiansen, Emil Lund, Renate Reinsve, Øystein Røger, Kjærsti Odden Skjeldal, Iselin Steiro, Aksel Thanke.
Productores: Hans-Jørgen Osnes, Yngve Sæther.
Fotografía: Jakob Ihre.
Música: Torgny Amdam, Ola Fløttum.
Montaje: Olivier Bugge Coutté.
Diseño de Producción: Jørgen Stangebye Larsen.
Diseño de Vestuario: Ellen Dæhli Ystehede.
País: Noruega.
Lugares de Rodaje: Oslo (Noruega).
Fechas de Rodaje:
Año: 2011.
Duración: 95 minutos.
Edad: No recomendada para menores de 16 años.
Género: Drama.
Estreno: 17-01-2014.
Distribuidora: Abordar Distribución – Casa de Películas, S. L.
WEB Oficial: Web Oficial de la película en España.
Espectadores: 0.
Recaudación: 0 €.

Crítica:

17-01-2014 – JOSU EGUREN

Vida de nadie

Ha merecido la pena esperar tres años para conocer “Oslo, 31 de agosto”, del noruego Joachim Trier (su primera obra, “Reprise”, no fue estrenada en España), un largometraje que da largas a las pinceladas gruesas de los grandes frescos históricos para centrarse en el estudio de un personaje que habilita la lectura solipsista de un desolador retrato generacional. Lo sorprendente del trabajo de Trier es que los elementos narrativos que anuncian la inmediatez de su adaptación de “El fuego fatuo”, de Drieu La Rochelle, no traicionan los principios de una novela publicada en los años 30, como si la cámara levitase fuera del tiempo para filmar el presente envuelta en una nube de éter emocional.

El adicto de Trier navega en la equidistancia entre el dandismo decadente de la versión previa de Louis Malle (“El fuego fatuo”, 1963) y la deriva existencial del protagonista de “Two Lovers”, de James Gray, en un movimiento errático e indefinido que le permite conquistar un estilo e identidad propias.

Generosa en diálogos digresivos bajo los que subyace la amargura del tiempo perdido, la baja autoestima y el peso de una infinita soledad, “Oslo, 31 de agosto” perfecciona el modelo de uno de los tristes supervivientes de una generación consumida por el hedonismo y las drogas, pese a lo cual Trier no fuerza la empatía con un personaje que trata de asirse al fantasma de una esperanza que lo aleje de las tinieblas.

Tacto y mesura definen el método de Joachim Trier, un elogio a la elegancia en el trato de un material dramático altamente inflamable que toma cuerpo en el personaje magistralmente interpretado por Anders Danielsen Lie, coprotagonista de una historia en la que las desérticas calles de Oslo dan la réplica a la vez que acentúan un desenlace en el que la cámara oficia un encuentro entre la mirada agnóstica y el aliento corrupto de la espiritualidad cristiana.