Oslo, 31 de agosto
Si alguien quiere destruirse, la sociedad debería permitírselo.
Copio esta frase porque me parece un punto de partida interesante.
Anders quiere suicidarse, pero tras un fallido intento (muy fuerte la escena), parece que se lo va a repensar. Lleva diez meses limpio (sin drogas, sin alcohol).
Reencuentro con uno de sus mejores amigos. Esta conversación aporta información relevante para conocer al protagonista: Cómo es y cómo llegó ahí, qué piensa y cómo lo ha superado antes.
Por un lado, le pide que no termine con su vida, que piense en el sufrimiento que generaría a su familia y a él como amigo. Trivializa sobre su aparente felicidad (en pareja con hijos). Se entremezcla lo experimentado en el pasado y lo intelectual. Lo invita a asistir a una fiesta esa noche (¿de verdad le parece una buena idea?). Deja caer que está mucho tiempo en casa, que suelen cancelar planes previstos a última hora.
Acude (no con muchas esperanzas) a una entrevista laboral. Llama la atención que desde el centro de rehabilitación no preparen a este hombre para hablar sobre el tiempo en blanco del currículum.
A partir de ahí la caída al abismo parece algo complicado de evitar. La familia, su ex novia, su sentimiento de culpa y de fracaso absoluto.
¿Cómo ayudamos a quienes nos están diciendo que desean suicidarse? ¿Podemos hacer algo?
Magnífico el actor principal, la fotografía y el ritmo. Me encantan esos recuerdos de Oslo a dos voces como introducción.
Sinopsis: Anders está a punto de acabar un tratamiento de desintoxicación en un centro rural. Como parte de su terapia, una mañana va a la ciudad a una entrevista de trabajo. Aprovechando el permiso, se queda en la ciudad y se encuentra con gente que hacía mucho tiempo que no veía. Es un hombre inteligente, guapo y de buena familia, pero se siente profundamente perturbado por las oportunidades que ha desaprovechado y por las personas a las que ha decepcionado. Sin embargo, cuando llega la noche sueña con la posibilidad de encontrar el amor y empezar una nueva vida llena de esperanza, confiando en el porvenir a partir del día siguiente.
Dirección: Joachim Trier. Guion: Joachim Trier, Eskil Vogt. Adaptación libre de la novela de: Drieu La Rochelle. Reparto: Anders Danielsen Lie, Hans Olav Brenner, Petter Width Kristiansen. Música: Ola Fløttum. Fotografía: Jakob Ihre. Noruega 2011, 95 min.
Cerrar los ojos
Para mi Erice es sinónimo de CINE (con mayúsculas). Posee una mirada propia y pausada. ¿Qué me ha parecido este último proyecto?
Un homenaje al cine, a las personas que lo crean y lo hacen posible, a quienes lo guardan como un tesoro. Al director y guionista que imagina y dedica años a cada película. A quien busca la financiación. Al equipo de rodaje. A los actores. A las salas de cine de antaño.
¿Cuántas películas se habrán quedado por el camino? Apenas unas secuencias rodadas y abandonadas. ¿Cuántas finalizadas sin estrenar?
Aborda con suma delicadeza la pérdida de memoria, las personas que desaparecen, la espera y angustia de familia y amigos.
Reconozco que soy poco partidaria de metrajes tan largos, y pocas veces me convence. La vi en casa y no en una única sentada.
Sinopsis: Un célebre actor español, Julio Arenas, desaparece durante el rodaje de una película. Aunque nunca se llega a encontrar su cadáver, la policía concluye que ha sufrido un accidente al borde del mar. Muchos años después, esta suerte de misterio vuelve a la actualidad a raíz de un programa de televisión que pretende evocar la figura del actor, ofreciendo como primicia imágenes de las últimas escenas en que participó, rodadas por el que fue su íntimo amigo, el director Miguel Garay.
Dirección: Víctor Erice. Guion: Víctor Erice, Michel Gaztambide. Reparto: Manolo Solo, José coronado, Ana Torrent. Música: Federico Jusid. Fotografía: Valentín Álvarez. España 2023, 169 min. Premios Goya: Mejor actor de reparto. Premios Platino del Cine Iberoamericano: Mejor actor de reparto. Medallas del CEC: 4 premios.