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De nuevo, aprovechando mi convalecencia y el tiempo libre, parte de la tarde del domingo se la he dedicado a la lectura. A uno de esos libros que llevaba mucho tiempo queriendo leer y que, sin pretenderlo, ha coincidido en el mes en el que muchos blogs se sumergen en la iniciativa de leer a autoras. «Oso», además de estar escrito por una mujer (Marian Engel), está protagonizado por una mujer y el resto de personajes con más importancia o poder también lo son. Al igual que su traductora (Magdalena Palmer) y la ilustradora (Gabriella Barouch)
No recuerdo cómo descubrí su existencia, ni recordaba el argumento. Sabía que había sido polémico pero no recordaba el por qué. Cuando fui adentrándome en la historia, lo descubrí.
Incluso en las escenas más explícitas y bizarras Marian Engel tiene una sutileza bella, una forma de contar los hechos que, aunque el lector no llegue a verlo como algo natural, no se escandaliza ni le repugna.
En cuanto a la trama, me dio la impresión de que la investigación de Lou estaba contada de manera que quedase en segundo plano y en primer plano la historia personal de Lou, con pocos detalles la conocemos bastante bien.
El final me dejó un tanto fría. Leyendo el capítulo se sabe a la perfección que es el último pero… no sé, esperaba unas líneas más. Quizá por la costumbre de que, en este tipo de historias, me encuentro con epílogos y este no ha sido el caso.
Por cierto, he leído que Marian Engel fue una activista por los derechos de los escritores y que era admirada por Robertson Davies, Margaret Atwood o Alice Munro, entre otros. Además de haber ganado el premio Governor General’s Literary en 1976 por este libro.
Puntuación: 6/10
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Archivado en: opinión Tagged: 2017, libros, Marian Engel, Oso