“Oso”, de Marian Engel

Por Guillermo Guillermo Lorén González @GuillermoLorn

«Una novela delicadísima y calculadamente transgresora, una auténtica parábola de la vuelta a la naturaleza.»

Cubierta de: El oso

Yo creo que no ha sido por casualidad que la Editorial Impedimenta publique en el 30 aniversario de la muerte de Marian Engel, su mejor novela: Oso; que consiguió el Governor General’s Literary Award for Fiction en 1976, y está considerada una gloria nacional en Canadá.

La verdad es que cuando terminé de leer esta novela había en mí una sensación extraña. Me ha gustado mucho, pero no se donde encuadrarla, es un canto a la naturaleza tanto del paisaje como la humana; pero por otro lado tiene un matiz tremendamente erótico, por lo que nos encontramos una novela sólidamente literaria y al mismo tiempo profundamente erótica.
Oso nos narra un retorno a la naturaleza. A la naturaleza con mayúsculas: Grandes bosques, grandes ríos, grandes praderas, islas casi mágicas donde la hasta entonces urbanita, encuentra la paz y el sosiego que la ayudará a encontrarse a si misma.

La novela se centra en Lou, una joven introvertida de 27 años que trabaja como bibliotecaria en el Instituto Histórico de Toronto, en el sótano, cerca de la caldera y protegida por un mural de libros. El director se acercó a ella: “—Será mejor que hagas las maletas, Lou, y te encargues del asunto. El cambio te hará bien— dijo el director”.  Era la oportunidad de escapar de una vida triste y frustrante en Toronto.
La razón  de este cambio está en que unos años antes había recibido el Instituto  Histórico una carta de un bufete de abogados de Ottawa. En ella les comunicaban que un tal «Coronel Jocelyn Cary» entre otras muchas cosas, incluida la isla, una gran biblioteca con documentación relevante sobre los primeros asentamientos en la zona.
Casi toda la historia tiene lugar en o alrededor de un viejo edificio octogonal, en una pequeña isla en un lago remoto. La ubicación, “La isla de Cary” es ficticio. La casa y la finca, anteriormente perteneciente a la familia de Cary, cuyo patriarca luchó en las guerras napoleónicas, se llama “Pennarth” (en galés “Cabeza del oso“). Su trazado octogonal fue inspirado por los escritos de Orson Squire Fowler, un  escritor y arquitecto estadounidense.
La casa, ordenada y limpia alberga una amplia biblioteca de libros del siglo XIX. Fuera tiene varias dependencias, incluyendo un cobertizo que alberga un gran oso dócil y viejo.  Cuando se da cuenta de que este es el único que puede proporcionarle algo de compañía, surgirá entre ellos una extraña relación. Su relación con el oso se vuelve sexual, así como espiritual. Una relación íntima, inquietante y nada ambigua. Gradualmente, Lou se va convenciendo de que el oso es el compañero perfecto, que colma todas sus expectativas. En todos los sentidos. Será entonces cuando emprenda un camino de autodescubrimiento.

“El oso lamía. Buscaba. Lou podría haber sido una pulga a la que él estaba persiguiendo. Le lamió los pezones hasta que se le pusieron duros y le relamió el ombligo. Ella lo guio con suaves jadeos hacia abajo.

Movió las caderas: se lo puso fácil.

—Oso, oso— susurró, acariciándole las orejas. La lengua, no solo musculosa sino también capaz de alargarse como una anguila, encontró todos sus rincones secretos. Y, como la de ningún ser humano que hubiera conocido, perseveró en darle placer. Al correrse sollozó, y el oso le enjugó las lágrimas”. [Pág. 112]

Cuando su trabajo está a punto de terminar, el oso le araña profundamente en la espalda con su zarpa. Su vínculo con el oso se altera, y Lou abandona la isla con un sentido de renovación.
No me extraña que la The Canadian Encyclopedia señale que el libro ha sido llamado “la novela más polémica que se ha escrito en Canadá”.

La traducción de Magdalena Palmer me ha parecido perfecta.

Marian Engel

La autora:
Marian Engel nació en 1933 en Toronto, Canadá. Licenciada en Estudios Lingüísticos en la Universidad de Ontario, se especializó en Literatura Canadiense en Montreal y estudió en Aix-en-Provence. En 1962 se casó con un productor de la televisión pública canadiense, Howard Engel, del que se divorciaría en 1977. En 1964 volvieron a Toronto y, a pesar de que tuvo que criar a dos gemelos, comenzó a escribir. En 1968 publicó su primera novela, No Clouds of Glory. Sin embargo, su obra maestra es Oso, la historia de una bibliotecaria que mantiene una relación íntima con un oso en una remota isla canadiense. El libro, considerado un escándalo, le valió, aun así, el Governor General’s Literary Award for Fiction en 1976. Marian Engel fue una apasionada activista por los derechos de los escritores en todo el mundo, y está considerada una gloria nacional en Canadá, siendo alabada por autores como Robertson Davies, Margaret Atwood, Timothy Findley, Alice Munro o Margaret Laurence, con quienes mantuvo una extensa correspondencia. Fue la primera mujer en pertenecer a la junta directiva del sindicato de escritores de Canadá. En 1982 fue nombrada Oficial de la Orden Canadiense. Engel murió de cáncer en Toronto, en 1985.

La traductora:
Magdalena Palmer. Licenciada en Historia Medieval por la Universidad de Barcelona y Curso de posgrado en traducción. Departamento de Filología Inglesa. Universidad de  Barcelona, ha traducido a John Mortimer (Libros del Asteroide), marido de Penelope Mortimer, y también a autores como Patricia Cornwell, Lee Child, Barbara Ehrenreich, Mary Gordon, George H. Higgins, Dennis Lehane y Edgar Allan Poe, entre otros.

El libro:
Oso (título original: Bear, 1976) ha sido publicado por la Editorial Impedimenta. Traducido del inglés por Magdalena Palmer. Encuadernado en rústica con sobrecubierta, tiene 172 páginas.

Cómpralo a través de este enlace con Casa del Libro.

Como complemento pongo el trailer de la película de la premiada novela canadiense “Oso”, de Marian Engel.

Para saber más:

Marian Engel en Wikipedia.