Pues aquí discreparé respecto a la inmensa mayoría de reseñas y opiniones que he leído al respecto. No me ha gustado, y mucho menos me ha apasionado. Si bien es una novela corta que se devora en un suspiro, no quedará Ostfront grabado en mi memoria. Leer sus páginas significa sentir miedo, un aura de terror y sobretodo de amenaza que sigue presente desde la página 1 a la última de todas. Esta es la mejor baza de la novela, que sumada al entretenimiento que nos ofrece la convierte en una historia entretenida. Aquí terminan los aspectos positivos.
Toda la novela combina los horrores de la guerra con la magia y los poderes oscuros. Golems, nigromantes, muertos vivientes, serpientes aladas,... hacen acto de presencia, cada uno en un bando diferente. Llega un momento que la historia parece resumirse en "quién tiene el bicho más gordo", y eso desmerece el sentido de la novela. Entretiene, sí. Cansa, en mi caso así ha sido. Personajes que podrían haber dado mucho más juego se desvanecen en seguida por una intención del autor de ir al grano, mientras que otros se limitan a rezar y lanzar letanías como prueba evidente de su enorme poderío. Es decir, los personajes carecen de profundidad psicológica, sus motivaciones a duras penas se intuyen y no existe otra cosa que la lucha en sí.
Terminé de leer Ostfront con la sensación de haber disputado una partida de warhammer, un shooter de estos modernos o una interesante partida de airsoft. Terminé y me lo pasé bien, como cuando me bebo un refresco, pero una vez saciada mi sed la digerí y desapareció de mis recuerdos. Sólo me queda un "no es para tanto".