La realidad en cambio es mucho más diversa de lo que quieren hacernos creer, hay millones de colores que el ojo humano es capaz de percibir, hay distintas tonalidades y gradaciones en cada uno de esos colores. El problema es que el colorido complica la situación, ésta puede ser más compleja, tener distintos matices, opiniones distintas que no por ello tengan su parte de razón, concepciones distintas de la realidad.
Cuando intento explicar esto a mi alumnado les digo que imaginen un accidente de coche, las percepciones del conductor de uno u otro coche, las de los viandantes según la posición en qué se encuentren, gente que lo esté viendo desde el balcón de su casa, …
Todo esto viene a cuento de que Otegi es un etarra, porque así lo considera la vicesecretaria de Organización del PP, Ana Mato, a pesar de la absolución de la Audiencia Nacional del delito de enaltecimiento del terrorismo. Respetamos lo que dicen los jueces pero se están equivocando. Es lo que en el estado de derecho se llama presunción de culpabilidad, alguien es culpable mientras no se demuestre lo contrario. Si estuviera en un entorno en el que los lectores fueran susceptibles, tendría que estar justificando que el hecho de que defienda una sentencia de la Audiencia Nacional que absuelve al portavoz de Batasuna(que más da que esté ilegalizada si sigue activa políticamente) no implica que defienda ni sus objetivos políticos, siempre he creído en un proyecto de izquierdas internacionalista, ni mucho menos que siento afinidad por ETA, soy contrario a la utilización de ningún tipo de violencia.
Y a cuento de que los controladores aéreos son los malos de la película. Cuando unos son malos, es más fácil tomar decisiones que les perjudiquen sin que estas sean justas y que sean percibidas de manera positiva por la ciudadanía, eso que gustan llamar opinión publica(mayoritaria). La situación de los controladores aéreos era una situación de privilegio que provocó la propia empresa, en este caso AENA al ceder en las demandas que los controladores hacían, al establecer unas condiciones que eran excesivamente privilegiadas para un sector de trabajo público. Ahora de ahí a querer que sean el enemigo público, que se les linche públicamente y se les quiera hacer responsables únicos de la situación. Tampoco sirva estas reflexiones para justificar la actitud de abandono del puesto de trabajo(no volvamos a los grises, sigamos con el color y los matices) pero, obviamente alguna causa habrá y alguna responsabilidad tendrá el Ministerio de Fomento y las imposiciones unilaterales del Gobierno(en víspera de puente). Quien quiera una muy interesante reflexión, de la profesora Miren Etxezarreta, sobre el problema ahí dejo el enlace .