Y por fin llegó el plato fuerte de la temporada 2012-2013 en el Palau de les Arts dentro del Festival del Mediterráneo, el Otello de Zubin Mehta y Davide Livermore, una de las pocas nuevas producciones que se han ofrecido en esta temporada en Les Arts, con la que Livermore hace doblete, puesto que también se encargó de la dirección escénica en La bohème dirigida por Chailly y coproducida por el teatro valenciano.
Me gustó la propuesta de Livermore, quien también se encargaba de la iluminación, estaba basada en unos anillos concéntricos situados escalonadamente y a distintos niveles con un hueco central en el que una pastilla ascendía y bajaba sin motivo aparente, esta disposición agilizaba el movimiento escénico de los solistas y masas corales, y se combinaba con proyecciones y cambios de luz. Tenía algunos fallos, no entendí por qué para desplazarse hay que recorrer todo el anillo en contra de toda lógica (cuando tras la muerte de Desdemona acuden todos llamados por los gritos de Emilia; si Otello hubiera estado en el lado izquierdo en vez del derecho, por donde aparecían aquéllos, todo hubiera tenido más sentido), de risa fue la desaparición de Iago (buscando la plataforma a la que tenía que subir para descender a los infiernos), inútiles y fuera de la estética del conjunto, estridentes, las proyecciones durante la muerte de Desdemona. Hubo también otras cosas que directamente se me escaparon: la estética de las mujeres, con esos pelos en cresta, por ejemplo.
Hay dos cosas que definen este Otello: canto extraordinario y falta de auténtica fuerza dramática. La parte del canto ya sabemos a quién se lo debemos agradecer, a un fantástico equipo de cantantes. No tengo claro quién es el culpable de la falta de dramatismo ¿los propios cantantes o el director musical? En todo caso, si me dan a elegir entre canto y drama, me quedo con el canto.
Gregory Kunde, rossiniano que ha iniciado una especie de segunda carrera, no fue ninguna sorpresa porque ya conociamos su Otello por la retransmisión del que interpretó en Venecia. Es el suyo un Otello muy bien cantado, muy técnico, servido por un timbre precioso, como aterciopelado, muy bien proyectado, casi un lujo para los tiempos que corren, no creo que haya nadie que pueda superarlo en este setido. Otello es algo más, no basta con cantar, hay que darle carácter porque por momentos es un volcán en erupción; sin embargo Kunde hizo muy bien en no intentarlo, en esforzarse por colorear sus frases sin rebuscar sonoridades oscuras que no posee. Es un artista extraordinario. Hay que olvidarse de aquello que decían algunos perdonavidas: que sólo se atrevía a cantar Otello en un teatro pequeño como La Fenice. Es más, he leído en algunos comentarios de In fernem Land que parece ser que abandonó ensayos de La Straniera en Zurich para poder estar en este Otello de Les Arts. Decía Kunde en una entrevista que quería cantar Werther , La bohème y Tosca pero que no había ningún teatro dispuesto a darle los papeles protagonistas de estas óperas porque era muy mayor. No estaría mal contar en el futuro con Kunde para alguno de estos papeles, Werther todavía no se ha estrenado en Les Arts, no me imagino un Werther dirigido por Mehta, ¿lo habrá dirigido alguna vez?
Maria Agresta me gustó mucho más como Leonora en Il trovatore, la voz corría muy bien por el teatro, el timbre es muy bello y su capacidad para apianar y regular la voz asombrosa, su musicalidad exquisita pero hay también momentos para el desgarro que fueron dichos con auténtica asepsia (Esterrefatta fisso lo sguardo tuo tremendo... o A terra!... .si... nel livido fango... ). Sólo necesita profundizar un poquito más en lo dramático para ofrecer una Desdemona de manual. A mí no me conmovió: cada vez que esperaba su frase, ésta terminaba escapándose.
Que Carlos Álvarez vuelva a los escenarios es una fantástica noticia, creo que de las veces que yo le he escuchado en directo -siempre en los últimos años- esta ha sido la mejor de todas. Espero que poco a poco vaya mejorando todavía más su estado de forma vocal. De los tres protagonistas fue el más creíble. Al salir a saludar al final de la función no pudo evitar emocionarse.
Muy bien Seung Pil Choi como Emilia, así como el resto del reparto, aunque hubiera preferido disfrutar de un Cassio mejor cantado que el de Marcelo Puente, su timbre me pareció poco homogéneo, al igual que su línea de canto. Bien el Coro de la Generalitat Valenciana y mejorable la prestación de la Escolania de la Mare de Déu. La dirección de Zubin Mehta creo que nos ha sorprendido a todos, nos tiene acostumbrados a tiempos ágiles (a Verdi le sientan estupendamente) y en esta ocasión parece que sólo los mantuvo durante el primer acto. Lo siento pero en Verdi prefiero siempre tiempos rápidos.
Y aunque ponga pegas me parece de lo mejor que se ha podido escuchar esta temporada en Les Arts, un equipo de cantantes a la altura de lo que se espera de un teatro que pretende ser de categoría superior y un auténtico milagro ante el paupérrimo presupuesto que se dedica a la programación. A ver si el ministro Wert, que estaba entre el público y, ante todo pronóstico y para sorpresa de quien esto escribe, no fue abucheado, nos aumenta la partida en los próximos PGE.
Si alguien desea críticas que se centren más en el detalle os recomiendo las de dos blogs, uno en castellano: El blog de Atticus, y el otro en catalán: In fernem Land.