Esta mañana hemos tenido cita con la pediatra y no puedo decir que esté sorprendida con su diagnóstico, me lo suponía: por un lado, un cuadro vírico, que es el que explicaría la fiebre y la gastrointeritis de días pasados y, por otro lado, una otitis en el oído derecho, que explicaría la fiebre alta y los llantos tan intesos desde ayer. Así que dosis alta de antibióticos y rezar para que no salga ningún otro virus asqueroso a nuestro encuentro.
Dentro de lo que cabe estoy contenta porque el niño, aunque está decaído, tampoco está tan hecho polvo como en días anteriores, ha desayunado más o menos bien, vuelve a hacer pis en cantidad, ya casi no huele a acetona y tiene mejor aspecto (aunque se haya quedado hecho un saco de huesos). Me preocupa un poco la tos de perro que tiene pero con esta dosis de antibiótico no creo que pueda complicarse. ¡Así que espero ver la luz al final del túnel en los próximos días!.
A nosotros parece que nos ha pasado una apisonadora por encima. A mi me duele el pecho de tanto toser, tengo molestias en el oído y me noto la garganta como si tuviera ganglios. Mi marido sigue con el estómago tocado.
Y en otro orden de cosas, seguimos sin Internet ni línea de teléfono... ¡¡La historia interminable es esto!!.