Otoño amigo

Publicado el 11 noviembre 2021 por Monpalentina @FFroi

Los chopos lucen el dorado de sus hojas que cambiará de tonalidades cuando el sol pierda fuerza hacia el ocaso y deje matices anaranjados y rojos sobre ellas. Más allá, los pinos de una finca se alzan vigorosos, firmes, de color verde-musgo y acículas marrones caídas a sus pies. Contraste inexorable entre lo que nace y lo que muere. Nos dirigimos por la senda del Canal hasta el Serrón. Ciclistas jóvenes y mayores, nos adelantan alegres. Los pájaros que no emigraron llaman, con su canto, la atención de las hembras. A los lados del camino las hojas forman caprichosas alfombras entre las ramitas caídas en posiciones inverosímiles, equilibrio apenas sostenido de Naturaleza sorprendente y sorprendida, apagada, bajo nuestros pies.


Es otoño y quiero despedirme, antes de que el frío apriete, de los árboles que me regalaron amigos y familiares. Volvemos al coche y reanudamos el camino. Al llegar, veo el Acebo de Ursi que ha cumplido 10 años, es un poderío de luz pues, en ese momento, el sol se está poniendo y le presta su arco de colores, belleza plena para causar envidia al laurel que -sin pedir permiso- nació a su lado y permanece verde. Mi asombro no tiene límite y admiro como diría -mi nunca olvidado Carlos Urueña-, "una eclosión" de bolitas rojas brillantes, perfectas en su mínima redondez. Sigo adelante y me paro bajo un laurel que se alza ya por encima del tejado de la casa. Fue mi querida madre política, Teresa, quien se lo regaló a su hijo, Marcelino. Testigo de vida, limpio, humilde a pesar de su altura, como era ella.


A la vuelta, un árbol al que le tengo, también, un cariño especial porque me lo dio Gonzalo Ortega, amigo desde mi llegada a Palencia junto a su mujer, Dorita. Es un jerbo, o árbol del cazador. Tiene ya muchos años y sigue joven y erguido. Me adentro en la zona de los pinos, los que planté con los piñones que me traje de mi tierra extremeña, y que eran el fruto de aquellos que mi padre plantó cuando nací. Unos crecieron como debe ser, otros, cercanos a la valla de cierre, parecen pedir limosna. Pero todos me traen buenos recuerdos. El otoño es tiempo de remembranza, de saudade que diría Rosalía de Castro.

Imágenes: José Luis Estalayo

SENTIR DE LA PALABRA

para "Curiosón" de Carmen Arroyo.