Pienso, mientras las piso, que las hojas del otoño están calientes. Lo están porque este otoño es caliente. El calentamiento global lo tuesta. Vuelta y vuelta.
Los viajeros de la estación estamos calientes. Calientes porque se nos fue el verano, calientes porque pasamos de les castañes, calientes también por ese sol de rebajas, que nos descentra, zalamero.
La cabeza se nos calienta con vuelos.
Empieza a gustarme el otoño, este otoño, que no anuncia el invierno. Me gusta porque no es mensajero.