Concluyeron las eliminatorias para el Mundial Brasil 2014 en Suramérica, un pre-mundial con un cupo más, ya que el anfitrión de la copa del mundo no lo disputó, una oportunidad más desperdiciada por la vinotinto. Ciertamente, existieron resultados importantes que jamás se habían conseguido pero también, otros que nunca debieron perderse. ¿Qué está fallando?, ¿por qué Venezuela sigue siendo la única selección de CONMEBOL sin poder ir a una cita mundialista de mayores?
Estas interrogantes, han generado muchas respuestas en la triste y desilusionada fanaticada venezolana: Algunos, atribuyen a César Farías el fracaso, otros, se enfocan en lo difícil que es el proceso para la vinotinto y por supuesto, está el otro grupo que se basa en la idea de que CONMEBOL, es sencillamente una eliminatoria imposible para nuestras aspiraciones.
En el ámbito personal, considero que la selección estuvo para mucho más, no es secreto para nadie que nos hemos quedado nuevamente con esa frase “estuvimos cerca”, ¿Hasta cuándo la repetiremos?. En nuestro país existe el talento suficiente como para afrontar las eliminatorias y se demostró en partidos claves, sin embargo, no ha sido suficiente tenerlo porque no se ha implementado de manera correcta.
En reiteradas ocasiones, vemos como la selección salva los partidos a pelota parada, con un cabezazo de Amorebieta o de Vizcarrondo y claro, un remate espectacular de Juan Arango. De igual manera, observábamos como la oncena podía llegar jugando en gran parte del encuentro al área rival pero, nos encontrábamos con que no se podía definir, no había gol sino estaba Salomón Rondón.
Ya aquí estamos hablando de una dependencia de jugadorescomo el capitán y el atacante del Rubin Kazan, aunada a una especie de “amor”que demostró César Farías con elementos específicos, como el caso de Reny Vega, que sin tener continuidad podía ser titular en cualquier partido o el de Gabriel Cíchero, quien en varias ocasiones se expulsaba de manera insólita y que estuvo un buen rato sin mostrar fútbol de verdad.
¿Demasiada exigencia para la selección?
A medida que la oncena vinotinto fue ganando partidos, la exigencia crecía, porque las esperanzas aumentaban, algo que es totalmente lógico y entendible. La presión también se incrementaría al transcurrir el tiempo porque evidentemente, Venezuela, es un país que sueña con asistir al mundial y esta generación liderada por Farías le hizo ver que “si se puede”, vendiendo con resultados que lo amparaban que era posible lograrlo, con marcadores pero es necesario tener claro, que no con el mejor juego.
A pesar de carecer de profundidad, Venezuela logró, como dije anteriormente, resultados inéditos y yo me pregunto: Si se obtuvieron sin tener el mejor juego, ¿Cómo sería si se desarrollara una idea futbolística eficaz?, seguramente, podríamos pelear por el tercer y cuarto puesto, como al principio de esta larga eliminatoria.
Una Venezuela que tendrá que ver el mundial desde casa
Quizá, opinar desde la grada, es mucho más fácil que vivirlo y estar en el banquillo dirigiendo a los jugadores, luchando contra selecciones que están en la élite mundial, pero, después de dos procesos en los que no se consiguió el objetivo, es bueno pasar la página y lanzarnos a otro nuevo proyecto con nuevas personas a la cabeza y es una pena, porque realmente yo fui una de las personas que creyó que “si se podía” y sé que se puede.
Mi intención no es en lo absoluto, en culpar a César Farías, para mi, es un grande que ha inspirado a todo un país y que ha salido a defendernos en todo momento, él le ha dado mucha personalidad a la selección y a pesar de las deficiencias, ha logrado grandes cosas, una de ellas, enseñar a los venezolanos a tener sentido de pertenencia con su selección.
Sería imposible ocultar el dolor que implica saber que no estaremos en Brasil, saber que teníamos una oportunidad de oro para asistir, quedarnos a muy pocos pasos, no es algo precisamente fácil para un amante de fútbol pero, a pesar de esto, seguiré confiando en que el día en que clasifiquemos no solo asistiremos a ese mundial, por el contrario, como dijo César Farías en la red social twitter, nos convertiremos “en permanente competidor en todos los mundiales”.