Lamentablemente ya no nos sorprende cuando barras o jugadores provocan actos de violencia, ya estamos acostumbrados a que esto suceda en el fútbol argentino. Pero como el fútbol se renueva siempre hay cosas que pueden sacarnos del acostumbramiento y conmocionar nuestras certezas. Un nuevo hecho escandaloso se vivió hoy en la Primera División C: la terna arbitral de Lamadrid-Luján se agarró a trompadas en el entretiempo del encuentro disputado este sábado en Devoto.
El insólito hecho tuvo como protagonistas y aliados a Antonio Amato (árbitro principal) y al línea Daniel Rebuscini, ambos de la Asociación Argentina de Árbitros. El contrincante fue el segundo línea, Gastón Fernández Landa, afiliado al Sadra.
Lo que comienza mal termina mal dicen, y así sucedió con este insólito suceso. La terna arbitral no arribó junta al estadio como suele suceder, sino que se encontraron en el vestuario. Landa ya se mostraba nervioso y enfadado de antemano. No podía creer como lo habían enviado a ser el línea de un encuentro de Primera C. Sin embargo, molestia aparte, la terna salió a la cancha y dirigió el primer tiempo sin sobresaltos.
Mientras se iban al entretiempo los testigos de la velada boxística afirmaron que Landa dijo algo como “Vení, vení, a mí no me manda nadie.” Ya dentro del vestuario siguieron discutiendo por lo que Landa, enfadado, les arrojó una silla. El otro línea, afiliado a la A.A.A. reaccionó y golpeó al representante del Sadra en el pómulo izquierdo, lo que le provocó un profundo corte que el médico de Lamadrid intentó arreglar con “la gotita” para que el partido pudiera continuar. Sin embargo Landa decidió abandonar el estadio y se fue a un hospital cercano, donde le dieron tres puntos.
Sin otro línea ni un cuarto árbitro que pudiera reemplazar a Landa, lo más común hubiera sido que Amato decidiera suspender el encuentro. Pero no… Insólitamente el árbitro principal decidió continuar el partido con su compañero Rebuscini, quien marcó el ataque de Lamadrid. Increíblemente nadie marcó el ataque de Luján durante todo el segundo tiempo.
Para colmo, una vez terminado el encuentro, Rebuscini fue detenido por la policía. Mientras tanto Landa se encontraba custodiado en el hospital Zubizarreta. Ahora Amato, que aparentemente no habría tenido participación en este violento acto, deberá declarar sobre lo sucedido. Sin dudas una nueva locura del fútbol argentino. ¿Se viene una interna pública entre A.A.A y Sadra? ¿Por qué se habrán peleado realmente? ¿Amato está excento de toda culpa o debería ser juzgado por no suspender el encuentro y, en cierto modo, incentivar la violencia mediante algún off side no cobrado durante el segundo tiempo? El fútbol está loco, loco, loco.