Hay un dicho popular que dice: “Cuando un tonto coge una linde, la linde se acaba y el tonto sigue”. Esto es lo que debe ocurrirle a usted Osiris50, que ha demostrado a lo largo de todos estos artículos que me dedica que además de tonto es usted terco arrastrando a los lectores y redactores a leer mis artículos, que como comprobará usted, han subido sustanciosamente. Esto es lo que se llama el efecto contrario de la publicidad. Y, la verdad es que he de agradecérselo.
Por mí, podemos seguir así, a usted le votan a la baja y yo crezco entre mis seguidores y lectores. Así pues adelante, juguemos a este juego donde usted pierde.
Usted piensa que la democracia y el Estado sólo deben defenderse de de los que usted denomina “progres” de manera tan despectiva. Esto lo que nos indica al resto de ciudadanos es que algo va muy mal en España, y tenemos un problema muy grave, pero que mucho. La gente debe entender que ustedes no miran por sus semejantes ni siquiera por España, sino para el conjunto de toreros, cazadores y caballistas caciques que representan, pero claro, es por el bien de todos los españoles. ¡Qué hipócritas! Y usted habla de mis pocas “entendederas”, pues su sesera, inteligencia y talento no son mejores.
Eso sí, parece ser que cree usted que se cobró una dulce venganza conmigo. Vuelvo a recordarle que ha subido mis visitan en un 150%. La izquierda que tanto le repugna le ha vuelto a poner en su sitio en esta plataforma. Vago argumento el suyo con nosotros, los “progres” para arrojar su rabia y frustración.
El problema de las mentes cerradas es que siempre tienen la boca abierta, señor mío. A lo mejor por eso huye usted de la educación, porque le consume la ignorancia. ¿Y sabe usted una cosa? Nosotros, los progresistas, cuando el camino se vuelve duro, seguimos caminando. Y eso a ustedes les descompone las entrañas y se lo hacen por la patilla abajo.
Le voy a decir algo muy profundo: “subsuelo”. Ahí es donde residen su ideario político y su talante democrático.
Querido amigo fascista, por favor crezca usted como redactor independiente y escriba sus propios artículos, estoy cansado de escribir los míos para usted. Tengo cosas verdaderamente más importantes que hacer. Como sonarle los mocos a mi sobrino de tres años. Se lo aseguro, me resulta más enriquecedor y ameno.
Dice un viejo proverbio que reírse de todos es de tontos; pero no reírse de nadie es de estúpidos. Allá usted con sus burlas. Por mí puede usted reír hasta que le duelan las tripas. Pero eso sí, antes de volver a señalarme, límpiese usted el dedo.