Luisana Colomine.
Es lamentable cómo en Venezuela, en algunos medios nacionales, persiste la tendencia a publicar informaciones sin previa investigación y sin mencionar las fuentes que aportan los datos. Gabriel García Márquez, decía casi con obstinación que “La investigación no es una especialidad del oficio, sino que todo el periodismo tiene que ser investigativo por definición” Pero, además, como periodistas que manejamos información pública, defendemos que “la sociedad tiene derecho a saber la verdad completa, comprobable, en forma oportuna, sin intereses ni prejuicios personales” (Suárez y Pedelaborde) y es obligación del periodismo, entonces, cumplir con la publicación fiel de los hechos, describirlos con exactitud sin falsear, omitir, ni distorsionar la información. Es decir, toda información estará sustentada en datos verídicos para fortalecer la confianza de nuestros lectores. Y tanto o más rigurosidad tiene esta frase de Carlos Marx, que en otras latitudes del mundo ha sido adoptada para el periodismo de investigación (no en Venezuela, por lo visto): “¿Es realmente cierto lo que observamos? (…) si la apariencia y la esencia de las cosas coincidieran, no habría ciencia” Y nosotros agregamos: no habría periodismo tampoco. Si nos vamos a quedar con lo que nos dicen o con lo que vemos ¿qué sentido tiene el periodismo?. Sirvan estas reflexiones para servir la mesa: Recientemente me topé con dos “noticias” que por sus titulares habrán atraído, seguramente, gran cantidad de lecturas. Ambas informaciones fueron construidas sobre el sufrimiento ajeno, es decir, la muerte. La primera de ellas tuvo lugar hace unos días, a raíz del fallecimiento del músico venezolano Renato Capriles pero la noticia no fue esa, tampoco lo fue lo que Capriles significó para el país, ni la tristeza que embargó a sus familiares y allegados. No. La noticia fue que “Por falta de urnas de retrasó el sepelio” Esa información, con ese mismo titular, fue publicada en muchos medios de comunicación, pero en ninguno se mencionó una sola fuente que sustentara la tragicómica situación. Podemos colegir, entonces, que a alguien le llegó el “dato” y los periodistas que cubrieron el suceso, se “cartelizaron”, es decir, ese pacto (el cual, generalmente, no es con Dios) reporteril que consiste en publicar todos lo mismo, sin mayores explicaciones, como se observa en los siguientes enlaces: Versión Final, Enterate Caracas, Dólar Today, Tal Cual Digital (En este caso el periódico se permitió establecer un “link” con la situación política y económica del país), Últimas Noticias Noten que todos esos medios dicen exactamente lo mismo. De esta manera un hecho “normal” se puede convertir en “noticia” pero no por el fallecimiento del músico venezolano, sino por una circunstancia que evidentemente (lea entrelíneas), también es culpa de Maduro: no hay urnas porque no hay latón, y no hay latón porque no hay…Y no hay…Porque no hay… De nuevo la morgue y El Nacional La otra “noticia”, nos llega en los servicios “Plus” de El Nacional y me hizo recordar la foto aquella de los cuerpos apilados en la morgue de Bello Monte. Repasamos la lista de titulares y nos llama la atención éste: “Pidieron segueta a familiares en morgue para autopsias” En el título no se especifica la morgue de cuál país, región, pueblo o ciudad. Puede ser cualquier morgue. Pero cuando vas a la nota, la periodista Eleonora Delgado, comienza de esta manera: “Familiares de unas personas…” es decir que ella no sabe quiénes son los fallecidos, en consecuencia no los nombra y con eso “protege” su trabajo. Esas personas, sigue la reportera, fallecieron “en un accidente de tránsito”…La periodista tampoco dice dónde ni cuándo fue el accidente. Seguí leyendo con fruición, buscando más datos de aquella información pues, ciertamente, llama la atención que en la morgue del Hospital Central de San Cristóbal, no cuenten ni siquiera con una “segueta” Evidentemente culpa de Maduro y también del gobernador Vielma Mora) La única “fuente” que cita la periodista es al diputado Gustavo Delgado, del Consejo Legislativo del Táchira, quien le contó el chisme a ella. Desde luego que ese tipo de información, para un medio como El Nacional, rápidamente tendría repercusiones y seguro hasta “coge primera plana”, con lo cual se verá satisfecha la vanidad de la reportera que busca protagonismo sin importar si aquello fue verdad. La periodista no se molestó en buscar a los afectados, no preguntó quiénes eran los muertos ni cómo ni porqué fue el accidente. Ni siquiera eso fue reseñado por el periódico para cumplir con la estructura básica de una noticia y la respuestas a las pregunticas aquellas (Informativo I): qué, quién, dónde, cómo, cúando…La periodista dio todo el crédito a una sola fuente, el diputado de oposición y, en consecuencia escribió una información sesgada. La premura por publicar el chisme le hizo olvidar a la periodista otra máxima del maestro Gabo: la responsabilidad del reportero a la hora de cierre. “En la carrera en que andan los periodistas debe haber un minuto de silencio para reflexionar sobre la enorme responsabilidad que tienen”…Esa última llamada para chequear, verificar, corroborar, antes de entregar nuestra nota. A eso se refiere. Solía decir también que la mejor noticia no es siempre la que se a primero, sino la que se da mejor… Si fue cierto o no ¿qué importa?. La opinión pública se construye de esa manera, es como la leche derramada, que luego es imposible recoger. esa información ya sembró una matriz: en Táchira no hay nada, ni siquiera una segueta para picar huesos de muertos. Con esa información la periodista (y el medio) probablemente para lo único que usaron el Código de Ética del Periodista Venezolano fue para cubrir el piso de la jaula del loro y fíjense los artículos que se violan en esa amarillista nota: Artículo 4: “El periodista tiene la verdad como norma irrenunciable (…) Artículo 5: “El periodista está obligado a respetar y defender la verdad (…) Parágrafo único: “Es condenable el uso de técnicas amarillistas como deformaciones del periodismo que afecta el derecho del pueblo a ser correctamente informado” Las informaciones que hoy hemos analizado aquí, bastan para pasar a Tribunal Disciplinario a los medios y periodistas que las escribieron y publicaron. Pero…¿Existe el Colegio Nacional de Periodistas en Venezuela? Perdón, la pregunta correcta es: ¿existe para estos casos? Cierro con una máxima de El LIbertador, Simón Bolívar, que todo periodista debe tener presente: “La verdad pura y limpia es el mejor modo de persuadir” (en carta a Rafael Urdaneta el 03 de agosto de 1829) Profesora de géneros periodísticos y periodismo de investigación en la Universidad Bolivariana de Venezuela (UBV). Comunista.luisana.colomine@gmail.com @LuisanaC16