Es evidente que el efecto "antiasmático" no es por la leche cruda sino que el calor del proceso de pasteurización destruye ciertas proteínas de la leche que podrían ser útiles para que los niños desarrollen sus sistemas inmunes. Y como suele ocurrir, estudios sorprendentes como este, pueden inducir a error si no se leen bien. Al publicarlo, los autores no pretenden que se empiece a dar leche cruda a los niños; eso sería muy peligroso por los microorganismos contaminantes de la leche sin pasteurizar.
Las autoridades sanitarias de EEUU han puesto el grito en el cielo ya que la leche sin esterilizar es portadora de bacterias peligrosas y otros gérmenes que pueden provocar enfermedad severa e incluso la muerte. Para más inri afirman que: "Si bien es posible contraer una enfermedad alimentaria por el consumo de muchos alimentos, la leche cruda es uno de los más peligrosos de todos".
Lo importante, a partir de ahora, será saber cuáles son los componentes exactos de la leche que ejercen la protección.