Los biólogos sintéticos han inventado una serie de nuevas moléculas, los AXN, que cuentan con todas las capacidades del ácido desoxirribonucleico (ADN) y del ácido ribonucleico (ARN) más algunas otras especiales. Se ha creado así una alternativa sintética al ADN. En la investigación, llevada a cabo en Universidad British Columbia de Canadá, los científicos han sintetizado seis moléculas de lo que han llamado AXN y una de ellas es capaz de adaptarse a condiciones cambiantes en el laboratorio de manera análoga a como funciona la evolución.
Con los AXN se podrían crear en el laboratorio, y sin correr riesgos, formas de vida que no dependiesen del ADN para sobrevivir y evolucionar. La alternativa creada por el investigador Vitor Pinheiro y sus colegas está compuesta por nucleótidos en los que el azúcar desoxirribosa ha sido reemplazado por seis tipos de azúcares distintos, dando lugar a seis moléculas de AXN distintas. El AXN es capaz de replicar la información que contiene, ya que puede unirse de manera complementaria al ADN y al ARN y también puede sintetizarse a partir de estas cadenas. Además, una de las nuevas moléculas de AXN, llamada AHN, se comporta como el ADN cuando se encuentra en condiciones cambiantes y puede evolucionar hacia otras formas que se enlazan más específicamente con un objetivo en particular.
“La vida es inconcebible sin un sistema que se encargue de almacenar y replicar la información la información genética, pero el ADN y el ARN no son únicos”, explica Philipp Holliger, del laboratorio de biología molecular del Consejo de Investigaciones Médicas de Cambridge (Inglaterra). “Hay al menos seis polímeros que se les asemejan y pueden realizar la misma función “. Que la flora y la fauna de la Tierra utilicen solo el ADN y el ARN, dice, es un accidente en el origen de la vida” (Investigación y Ciencia. Febrero, 2013).
"Los resultados implican que puede haber otras maneras de almacenar la información genética distintas a las que conocemos, tanto en nuestro planeta como en el universo", afirma Holliger. Pero de momento, tenemos un dato: la universalidad del código genético, del que solo algunos virus quedan fuera de juego.