No me fue difícil encontrarlo. Totalmente construido en madera, cruzaba un pequeño arroyo y uno de sus extremos terminaba a la entrada de un antiguo edificio. Caminé lentamente hasta detenerme en la casi exacta mitad. Era realmente hermoso.
- ¿Necesita ayuda? – me dijo alguien desde un lugar cercano.Busqué con la mirada. Era un joven, sentado junto a la ribera desde donde yo había accedido. Mi estado de excitación me hizo pasar junto a él un minuto antes sin notar su presencia.
- Sí, por favor. – le supliqué. – Necesito que alguien me cuente la historia de este puente.
- Justamente ese es mi trabajo. – alardeó. Pero luego adoptó una pose más humilde. – En realidad, va a ser mi trabajo. Estoy preparándome como guía de turistas en Cambridge y este es uno de los puntos de mayor atracción. – Observó mi reacción, que no fue mucha. - ¿Puedo serle útil? En realidad, todavía no he podido memorizar todo pero lo tengo aquí anotado.
- Por supuesto me serás útil. – respondí. – Y te pagaré como si ya estuvieses trabajando oficialmente.
Lo vi sonreír feliz mientras se ponía de pie y se acercaba a mí, aún parado en medio del puente. El muchacho tenía mucha información anotada en una hoja impresa por computadora. Trataba de recordarla de memoria pero muchas veces tuvo que consultar el papel para asegurarse de fechas y de nombres. No me importaba. Solamente lo escuchaba con mucha atención.
Había sido construido en 1749 por un tal James Essex “el menor”, según un diseño realizado por alguien llamado William Etheridge.
- Ese edificio de ladrillos rojos es el President’s Lodge y data de 1460. – dijo feliz de recordar esos datos sin necesidad de leerlos. – Es la construcción más antigua sobre el río en Cambridge. Ese junto a él es el Edificio Essex, pero tiene 300 años menos. Y allá detrás de los árboles está Cripps Court, que fue construido hace poco, en 1974. – Recitaba con voz muy agradable. – No es verdad que hayan seguido indicaciones de Isaac Newton, como dicen algunos guías, porque hacía más de 20 años que había muerto cuando se construyó el puente. Y tampoco es cierto que una vez los alumnos lo desarmaron y después no pudieron rearmarlo.
Yo seguía su explicación con tanta atención que el chico se entusiasmaba cada vez más y continuaba agregando datos.
- Pero fue reconstruido un par de veces a lo largo de los años. En sus primeras versiones las partes estaban unidas con clavos y tornillos. Pero como ve usted ahora está solamente abulonado. – continuaba relatándome mi guía.
Me inundó de información sobre el puente con detalles precisos. Seguramente a otros visitantes resultarían muy interesantes en futuras visitas conducidas por él. Pero culminó con un par de datos fatales para mis intenciones. El puente había sido reconstruido dos veces. La primera en 1866 y la segunda en 1905. En esta última oportunidad fue modificado en forma total por un tal William Sindall, a quien deseé buena y prolongada estadía en lo más profundo del infierno. Había quitado todas las piezas de roble originales reemplazándolas por similares de teca. El tonto había hecho otro puente, muy similar al original, pero otro. Si alguien había escondido un mensaje en el de roble ya no podía hallarse en el nuevo.
Estaba descorazonado. Caminé hacia el extremo más lejano a la edificación. El muchacho me seguía sin dejar de hablar.
- Se le llamó “Puente Matemático” porque, según los expertos, tiene medidas perfectamente calculadas que lo hacen excepcionalmente estable. - continuaba diciendo, aunque notaba que mi atención no estaba ya concentrada en sus palabras.
Me dejé caer sobre el cuidado césped de la ribera. El joven se sentó a mi lado mientras me contemplaba compungido.
- ¿Qué pasó, señor? ¿Dije algo inconveniente? – se preocupó.
- Sí, pero no es tu culpa. El causante de mi tragedia es ese Sindall que destruyó el viejo puente – le aclaré para tranquilizarme, aunque pareció no comprender mis palabras.
- ¿Buscaba algo en el puente que ya no está? ¿Quería verlo como era originalmente? – trataba de adivinar.
- No es lo mismo ver un puente de 1750 que uno de 1900. – mentí. – Me siento muy frustrado.
- Escuche, señor. – me dijo para hacerme sentir mejor. – Todavía puede ver cómo era el puente original, si lo desea. El colegio posee una maqueta del viejo modelo que fue hecha por el diseñador como guía para la construcción de la obra.***¿Quién hubiese pensado que un día iba yo a estar caminando sobre el famoso "Puente Matemático" vecino al Queen´s College de Cambridge, muy cerca de Londres? Por supuesto, yo no. Pero quienes dirigían la investigación desde quién sabe dónde me habían llevado hasta allí.
Siempre con esos jueguitos estratégicos que hacían que las respuestas fuesen "sí, pero...". Por ejemplo en este caso en que el puente en cuestión había sido construido allí pero... también había sido desarmado el original y reemplazado por uno más nuevecito que a mí no me serviría de casi nada.
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