España llega a la final de un mundial de fútbol por primera vez en su historia. Y el domingo no hay hipoteca, ni aburrimiento por no tener trabajo, ni U.E. que nos diga lo que tenemos que hacer, todo lo contrario, nosotros somos el centro de Europa (pero esta vez de verdad, no como en la presidencia itinerante). Terminamos los seis meses de Presidencia de turno de la U.E. para hacernos con la presidencia del Mundo (futbolístico) durante cuatro años, está claro que salimos ganando. Y por fin están claras las diferencias con Grecia (que ni siquiera se clasificaron).
En estas semanas nadie habla de otros recortes que no sean los de Iniesta, ni de otro partido que no sea uno de fútbol, ni de otras injusticias que no sean las arbitrales, ni de estatutos que no sea el que impone Puyol. En estas semanas todo españolito con una cerveza en la mano se sentía seleccionador y modificaba el equipo a su antojo, que para eso lo ha pagado él, por otra parte.
Y se suceden las promociones de marketing (no se si contaban con que probablemente las tuviesen que cumplir), Banesto subirá los intereses de un 3 a un 4% en su cuenta “depósito selección”, Carrefour devolverá el importe de sus compras pre-mundial y MediaMark demuestra ¡¡que no son tontos!! al agarrarse a la letra microscópica de sus promociones para no cumplirlas.
Pero que ojalá se tengan que cumplir todas estas promociones, mañana hagamos zumo de naranja, Camacho se vengue de Cruyff y se acepte al pulpo como animal de compañía. Por fin naranjito impondrá el apartheid de ‘la roja’ y será la raza del fútbol de toque quien tenga todos los privilegios en Sudáfrica. Y luego ya después de la vacaciones pensamos como hacemos para salir de esta.