Otro traspiés y casi
cometiendo otro mientras escribo estos versos,
otro traspiés de mi mente,
que sin Él,
ahora no existirían éstas palabras.
El infierno de mis pensamientos,
la normalidad para el resto de los mortales,
que hacen sufrir y arden en el pecho
de los/as/es que más me aman.
Paso mi vida pensando: " esta es la última vez"...
Y vuelvo, supuestamente, a tropezar,
por más que me digan
que aquello a lo que Yo llamo traspiés se le suele llamar vivir.
Otra vez el subidón de adrenalina,
sabiendo que al amanecer me volveré a ahogar en mis recuerdos.
Y de nuevo a sobrevivir otro día,
a dejar pasar la belleza ante mis ojos,
a sabiendas de que me arrepentiré.
Intento salvar el día pensando que estos versos
no existirían sin eso a lo algunes llamamos dolor.
Ya está el grano de arena opositando a montaña,
" Israel ya pasaste por días así"
" Calma"
... lo sé, estoy a punto de resbalar.
Nuevamente de vuelta al pasado,
a revivir aquella cuesta.
Esa que alguna vez subí llorando,
otras riendo y corriendo,
otras soñando despierto,
¿ y por qué no decirlo?,
muchas borracho y drogado como un ratón.
Pero, nunca, o casi nunca,
estoy en el aquí y el ahora.
Lo que precede al traspiés
es la incapacidad de estar a solas conmigo mismo,
lo peor de todo es que lo sé,
el reloj se convierte en mi peor enemigo...y vuelvo a recaer.
Siempre buscando algo que le de un sentido al día,
y por ende, a mi vida:
un encuentro,
una persona,
una ilusión.
Ojalá esa infinidad de horas perdidas
causen en vosotres,
al menos una ínfima emoción.
Que estos versos os llenen un poco el vacío,
que os hagan esbozar
un amago de sonrisa,
o una lágrima,
pero de emoción.
Que os alivien,
aunque sólo sea en estos 3 minutos,
eso que llaman dolor.
* En la imagen " Cristo Amarillo" de Paul Gauguin.