Cuando yo era pequeña oí a mi padre decir en una conversación familiar: “Bueno, esos son otros López”. La frase me llamó mucho la atención pero, por supuesto, no la entendí.
Y hasta mucho tiempo después no supe que esa expresión se utiliza en el sentido de “esa es otra cuestión”, cuando se hace referencia a algo que sobrepasa el tema del que se está hablando.Y hasta más tiempo aún después no supe de dónde proviene tan curioso dicho. Resulta, según nos dice el sabio Iribarren, que hubo una vez un individuo, de apellido López, que andaba siempre presumiendo de su linaje. Siempre que tenía ocasión hablaba de algún López famoso por sus logros y decía que era de su familia. Hasta que en una ocasión alguien se refirió a unos López que habían sido encarcelados y ajusticiados, a lo que el vanidoso respondió: “Pero esos son otros López.”
La primera de éstas parejas es la formada por adolescente y adolecer. Como tenía yo entendido que el verbo adolecer significa padecer, y los adolescentes son muy proclives al padecimiento emocional, no me habría sorprendido que ambas palabras compartiesen etimología. Pero resulta que no. Porque adolecer proviene de dolecer, y significa, en efecto, padecer (alguna enfermedad o defecto), mientras que adolescente proviene de adolescens, que es el participio activo de adolescere, verbo que significa crecer. Es decir, en sentido estricto, adolescente significa “creciente”, “que está creciendo”. Tal cual. Y de camino, por cierto, he aprendido que adulto proviene también de adolescere, siendo en este caso el participio pasivo de dicho verbo. Por lo tanto el significado literal de adultoes “crecido”.
Volviendo al tema que nos ocupa, otra de esas parejas que aparentan un origen común que en apariencia se queda, es la formada por catastro y catástrofe.El catastro, como saben ustedes, es el censo de los inmuebles, y es palabra que deriva del francés antiguo catastre, que a su vez proviene del griego katástichony significa “lista”.Por su parte, la catástrofe proviene del griego katastrophe que significa “abatir”, “destruir”. Así que aunque el parecido entre ambas sea notable y tengan nada menos que tres sílabas en común, el catastro y la catástrofe no son parientes. Como mucho, se conocen de vista.
Y la última pareja de hoy es la formada por escualo y escuálido, que ahí donde la ven, tiene truco. O, mejor dicho, doble truco, porque truco ya se ve que tienen todas.En una consulta básica al diccionario encontramos que escualo deriva de squalus y que escuálido proviene de squalĭdus. Por lo tanto podemos concluir que tienen orígenes distintos. Pero si buceamos un poco más hondo, encontramos que estas dos palabras sí que tienen un antepasado común. Porque aunque squalus es el nombre genérico de los peces similares al tiburón, y squalidus significa “flaco” y "endeble", resulta que originalmente squalidus significaba “áspero” y "sucio", y que tanto squalus como squalidus, procedían de squama, que significa “escama”.
Así que, al fin y al cabo, el escualo y el escuálido, sí que son parientes, y no pueden negar el aire de familia aunque intenten disimularlo.
Para terminar esta entrada, por cierto, estaría muy bien poder explicar también cómo escuálido empezó significando sucio y acabó significando flaco.
Pero esos son otros López.