Nos despedimos del Parque Nacional de Tsitsikamma con la misma sensación agridulce que se venía repitiendo día tras día. Satisfechos por haber tenido la oportunidad de disfrutar aquel maravilloso rincón de mundo, pero con las ganas de quedarnos allí unos días más. Si, es cierto, viajando a tu aire la decisión sólo depende de uno mismo pero hay tantos lugares por conocer que el maldito tiempo siempre juega en contra.
La idea era conducir por un tramo de la conocida
Ruta Jardín hasta dejar la costa para desviarnos hasta
Oudsthoorn. La Ruta Jardín es el nombre turístico con el que se conoce el tramo que va siguiendo la costa del Océano Índico desde Storm River hasta Mossel Bay. De hecho, el P.N.Tsitsikamma forma parte de esta ruta. Siguiendo la N2 vamos siguiendo la costa hasta
Plettenberg Bay, pueblo conocido por sus playas. Desde la parte más elevada del pueblo se obtienen unas vistas increíbles de la bahía. Por el estilo de casas que allí predominan, un terreno en ese privilegiado lugar debe tener unos precios de escándalo.
Seguimos hasta
Knysna. A diferencia de la mayoría de los pueblos que hemos cruzado, parece que Knysna tiene más estructura de pueblo, con sus iglesias, tiendas, oficina de información, museos…
Después de pasar por la Oficina de Información, nos dirigimos directamente hacia el gran lago de Knysna o
Lagoon, catalogado también dentro de los Parques Nacionales gestionados por SANPARKS. Pasado un pequeño puente se accede a
Thesen Islands, una zona rodeada por el lago y realmente pintoresca. Las casas de madera en colores pastel le dan un agradable aire
retro y los negocios de inmobiliarias y galerías de arte que se concentran en la calle principal, indican que el turismo que acude a Knysna debe tener un elevado poder adquisitivo. Knysna es conocida por sus ostras y precisamente se estaba celebrando el
“Knysna Oyster Festival” con actividades durante toda la semana y concurso de recolección de ostras.
Después de comer nos dirigimos hasta el cercano
Parque Nacional de Wilderness. Lejos de estar entre los Parques Nacionales más visitados del país, el lugar es muy tranquilo y familiar. Las casitas de madera junto al río parecen ideales para unos días de relax. Seguimos el sendero que va paralelo al río, un buen lugar para la observación de aves.
Desde el P.N.Wilderness continuamos en la N2 hasta George y de aquí ya nos desviamos para tomar la N12 en dirección a Oudtshoorn. El paisaje se transforma y se presenta menos verde y más agreste. Después de atravesar el paso de montaña Outeniqua Pass y a pocos kilómetros de Oudtshoorn ya empezamos a ver grandes extensiones con avestruces, el principal motivo de nuestro viaje hasta la región de Little Karoo.
Después de acomodarnos en el Lodge salimos dispuestos a conocer el pueblo. Un pueblo que a finales del siglo XIX, principios del siglo XX se enriqueció enormemente gracias al negocio de las plumas de avestruz que se exportaban principalmente a Europa, América y Japón. En realidad se vivieron dos booms: de 1865 a 1870 y de 1900 a 1914. Gracias a las grandes fortunas que amasaron los llamados “barones de las plumas” se construyeron elegantes mansiones que han perdurado hasta nuestros días. La mayoría de estos llamados “palacios de las plumas” están situados en la calle principal y siguen todos el mismo estilo arquitectónico.
Se utilizaba la piedra local con ornamentaciones muy trabajadas, al estilo del
Art Nouveau que se imponía en Europa. El mobiliario era también de estilo Art Nouveau y llegaba desde Europa en barco. Sólo con decir que en aquel pequeño pueblo trabajaban 12 arquitectos, uno ya se puede hacer la idea de los aires que se respiraban.
El
boom económico también atrajo a una gran comunidad judía, la mayoría procedentes de Lituania pero cuando el negocio empezó a decaer durante la 2ª Guerra Mundial, acabaron los buenos años, pocos fueron los que se quedaron y únicamente una estrella de David de la pequeña sinagoga mantiene presente el recuerdo.
En Oudtshoorn se concentran el 97% de avestruces del Planeta y el 80% de las plumas se exportan. Después del tranquilo paseo y como no podía ser de otra manera, cenamos a base de deliciosa carne de avestruz.
Al día siguiente visitamos la “
Cango Ostrich Farm” situada a 14 km de Oudtshoorn. A pesar de las varias granjas de avestruces en la zona, sólo tres de ellas se pueden visitar. Nos explicaron tantas cosas sobre estas gigantes aves que es difícil retenerlas todas.
Éramos los únicos visitantes y una guía nos acompañó amablemente por todo el recinto. Primero nos "transportó" a la época dorada de Oudtshoorn, cuando la moda de las plumas de avestruz estaba llegando a todo el mundo. Las plumas del macho - de color negro - son las que tienen valor y se utilizaban como complemento en el vestir. Las plumas de la hembra son más pequeñas, de color gris y actualment se usan para los plumeros de sacar el polvo.
No sólo se saca partido de las plumas sino que se aprovecha todo. Con la piel teñida, se confeccionan carteras, cinturones, bolsos, guantes, zapatos… Es una piel cara debido al largo período que necesita para curtirse. Los huesos y las carcasas se utilizan para elaborar pienso debido al elevado contenido en calcio, necesario para la formación de la gruesa cáscara del huevo. También se consume la carne y los huevos y de la cáscara se realizan bonitos objetos decorativos. Estos animales que ya existían en el Período del Plioceno, prácticamente no han cambiado desde hace ocho millones de años.
Concretamente en
Cango Ostrich Farm sólo se dedican al negocio de las plumas. Una vez al año las cortan a 1cm y vuelven a crecer sin problema alguno. Nos “presentan” a dos de las parejas de la granja: Bonnie & Clyde y Adán y Eva. Las parejas son fieles durante toda su vida. El macho realiza una especie de danza de apareamiento abriendo sus majestuosas plumas delante de tres hembras y la que responde se convierte en su pareja. Si el macho muere, la hembra se queda sola durante el resto de sus días, mientras que si muere la hembra, el macho "rehace" su vida. Tanto Bonnie & Clyde como Adán y Eva hace casi 40 años que están juntas y como es de esperar han tenido una gran descendencia.
La incubación natural de los huevos la llevan a cabo los dos miembros de la pareja: La hembra durante el día y el macho por la noche. Cuando tienen huevos incubando, los machos se vuelven agresivos y lo manifiestan cambiando el color del pico a un rojo intenso. Lógicamente, las granjas que se dedican al negocio, disponen de una sala de incubación donde los huevos se mantienen a una temperatura controlada de 37ºC durante 42 días. Los polluelos necesitan un día entero para romper la dura cáscara. Los huevos que no están fecundados, servirán para hacer una buena tortilla ya que una huevo de avestruz pesa alrededor de 1 Kg y equivale a 22 huevos de gallina. Se hace un agujero en la parte superior y se puede conservar en la nevera hasta 4 meses! Con lo que cada día se puede sacar una cucharadita para preparar el desayuno.
Hasta los 8 meses los polluelos no cambian el color de la pluma y se desconoce si son machos o hembras, ya que todos tienen las plumas de color gris. Comen hierba y pienso como complemento.
Tienen un cuello extremadamente flexible que gira 360º y un ojo enorme que les permite ver hasta 4km de distancia. Sin embargo, lo que tienen pequeño es el cerebro, del tamaño de un guisante. Tienen unas graciosas orejas y un pie muy peculiar que, a parte de la gran uña, tiene una base que les permite mantener el equilibrio.
Tuvimos también la posibilidad de acariciar el suave plumaje y montar sobre un macho. El tema de cabalgar lo dejamos para los expertos de la casa ya que se requiere un gran entrenamiento y destreza por lo difícil que resulta mantener el equilibrio teniendo en cuenta que pueden alcanzar los 80 km/hora.
Para acabar la visita y como se puede observar en la foto, me dejé "masajear" por unos cuantos animalitos.
La región de
Little Karoo ofrece la posibilidad de realizar excursiones muy interesantes y aprovechamos para visitar las
Cuevas Cango que se encuentran en la misma carretera de la Cango Ostrich Farm, a unos 15km de la misma. Es un lugar muy turístico, demasiado para mi gusto. A pesar de ello, las cuevas merecen la pena por las impresionantes estalactitas y estalagmitas que permiten jugar a adivinar formas y figuras.
Nos despedimos de Oudtshoorn y Little Karoo y nos dirigimos a
Mossel Bay pasando por el
Robinsson Pass. Mossel Bay es el punto final de la Garden Route.