Outlander
2014-
Lo primero que salta a la vista con el paso de los capítulos es que no parece un producto Starz. Echamos en falta desnudos, cuerpos musculados (alguno hay) y sudor. Lo segundo, que seguimos con la racha de adaptaciones. En esta ocasión le ha tocado a la saga infinita de libros de la escritora norteamericana Diana Gabaldón titulada como la propia serie, 'Outlander'. Ronald D. Moore es el productor y guionista, que ha hecho mucha ciencia ficción ('Battlestar Galactica', 'Helix', pelis de la saga 'Star Trek', y la extraña y añorada 'Carnivàle').
El arranque de la serie se puede contar en pocas palabras... pero hoy me voy a enrollar. Si no sabes nada cuando te pones con ella empieza pareciendo una historia romántica entre Claire Beauchamp y su marido, el historiador Frank Randall, que se desarrollará durante la Segunda Guerra Mundial. Error. Al poco de ponernos con 'Outlander', no doy detalles, Claire se ve transportada a 1743, donde conoce al clan MacKenzie, un grupo de brutos escoceses que la acoge entre los muros de su fortaleza. Sí, todo muy paranormal.
La protagonista aquí es Caitriona Balfe, actriz a la que hemos visto poco. Os puede sonar de la peli 'Now you see me'. Al cachas escocés lo interpreta Sam Heughan, más desconocido aún. En realidad, la serie está llena de actores desconocidos, que además saben hablar gaélico (en realidad tienen un profe), entre los que quizá el más conocido es Grahan McTavish, aquí uno de los jefes del clan, Dougal, por haberlo visto en las pelis de El Hobbit, y algunas series, como '24'.
El momento histórico es importante, pero el meollo de la historia, que su protagonista nos cuenta en primera persona (tiran de voz en off cada dos por tres), es lo que enganchará a quien se ponga con ella. ¿Es una serie para chicas? Sí, a poco que echemos un rato, parece una serie pensada para el público femenino, o, corrijo, para un público femenino alejado del género fantástico pero cercano al romance y al cine de aventuras. Pero no cierra las puertas al público masculino. Eso sí, es ciencia ficción blanda. Tan blanda que puede ruborizar a más de uno que se me ocurra definir 'Outlander' como ciencia ficción.
Pero la pizca de este género que le han echado en el guion es más que un muletazo para hacernos caer en una historia romántica de aventuras (que también). Tiene su gracia el hecho de que la prota sepa lo que sucederá en el futuro y por ello sepa manejarse bien en esos tiempos más rudos. Sabe de medicina, lo que le ayuda bastante para hacerse respetar, y conoce la historia que está por venir, lo que le permite observar lo que le rodea con una perspectiva que no sería posible si no fuera por su condición de viajera en el tiempo.
En fin, hay buenas interpretaciones, mejores panorámicas (solo por las vistas merece la pena) y cierto interés por ver cómo se las apañará Claire entre tanto bruto. Ya me contaréis, si la veis. Por lo pronto, a quien le guste, que sepa que habrá segunda temporada.