Para muchos escépticos, el fenómeno ovni es un invento, una leyenda urbana moderna, que comienza con el avistamiento de Kenneth Arnold en 1947 y el nacimiento del ya conocido término de “platillo volador”. En esta web, siempre hemos cuestionado esta apreciación pues han existido a lo largo de la historia, testimonios y registros de avistamientos de objetos inexplicables en el cielo mucho antes de 1947. ¿Si los ovnis son un fenómeno moderno, cómo es posible que se den testimonios de avistamientos antes de ese año?
Pues bien, siguiendo con estos ejemplos, hemos encontrado un artículo de 1918, en la que el periodista Albert Payson Terhune, se pregunta sobre esas “Señales en los cielos” (en ese tiempo, como hemos dicho, no existía el término “platillo volador” ni mucho menos “ovni”) que curiosamente, según el análisis del periodista, se han presentado constantemente y coincidentemente en la historia bélica de los Estados Unidos, además, como un símbolo de buena fortuna o de triunfo.
Acá dejamos pues un extracto de la nota de este periodista que es dónde da los ejemplos de estos curiosos avistamientos. El diario en que se publicó esta nota es The Evening World – Daily Magazine, de los Estados Unidos, en la edición del martes 12 de marzo de 1918.
El texto dice lo siguiente:
“Decenas de residentes de Windsor, Oat, han dicho a la prensa que han visto a un ángel rodeado de ardiente vapor suspendido en el aire por encima de la ciudad el pasado sábado por la noche. En Detroit, en la misma noche, el ángel fue visto, meditando sobre la tierra. En ambas ciudades los espectadores indignados niegan que hayan sido engañados por las luces del norte y no se les puede contradecir en su afirmación de que vieron un ángel.
Los soldados franceses, desde que comenzó la guerra, juran que han visto varias veces a Juana de Arco y San Miguel, barriendo el cielo nocturno por encima de los campos. Y ellos creen que esto significa la victoria.
El “Rayo Águila” de los Ojibway alborotó nuevamente en Fort William, Ontario. El “águila” hace su ronda sólo cuando ocurren las crisis mundiales. El águila ha sido vista volando sobre Thunder Bay, Ontario, en la medianoche del 7 de marzo. La mayoría de los observadores la han descrito como muchas luces de colores que brillaban en el cielo, y que era visible en la noche desde Nueva York hasta Canadá. Sólo el iniciado ha reconocido esto como una predicción de alguna crisis futura.
Apegándose a los hechos probados y no incursionando en la superstición, es una extraña coincidencia que muchos de los grandes acontecimientos de nuestro país (así como grandes acontecimientos en otras partes del mundo) han sido precedidos por signos extraños en los cielos. Para citar sólo uno o dos de esos casos raros:
Miles de neoyorquinos miraban sorprendidos el horizonte una noche temprano en 1898. Ellos vieron pulsar en el cielo negro, algo que parecía una espada roja, cuyo punto parecía gotear sangre. La aparición no era un cometa o un meteoro.
Durante muchos minutos la espada se balanceó sobre el horizonte, deslumbrantemente visible. Más tarde, algunas personas declararon que la “espada” no era más que un reflejo excéntrico de un fuego arrojado sobre las nubes. Otros trataron de explicarlo como una aurora boreal. Había una docena de explicaciones, todas ellas diferentes. Los supersticiosos creían que era un presagio místico de la Guerra Española, que estaba a punto de despertar a nuestra nación amante de la paz “después de treinta y tres años” de calma. Guerra seguida de inmediato. Guerra y victoria.
A finales de 1872, la noche se hizo más brillante una vez cuando una masa de bolas de fuego apareció. Bien se pudo confundir esto con unos meteoros ordinarios, sino hubiera sido mucho más brillante e infinitamente más numerosos que del vuelo de un meteorito. La superstición se sintió justificada y prontamente el pánico se extendió a todo el país, extendiendo la ruina económica y el suicidio y el caos.
En 1861, un cometa espeluznante, que se extendió claramente a través de los cielos, llevando la noche con un resplandor sobrenatural, marcó el comienzo de los primeros años de nuestra Guerra Civil. El año siguiente, cuando las cosas se veían más oscuras para nuestro país, un cometa similar ardía en la noche. Y casi a la vez, la suerte de la Nación cambió a su favor, preparándose para una seguida victoria.”
Si bien en la mayoría de casos estos avistamientos pueden ser explicados como simples testimonios de meteoritos, hay casos expuestos en la nota que pareciera ser más que simples fenómenos naturales, también hay que notar cómo en el artículo, faltando una palabra para definir el término “ovni” se usan palabras como “ángel”, “señales del cielo” o incluso, “Águila del rayo”, una criatura espiritual de los indios Ojibway que cada vez que aparecía era anunciador de malas noticias. Otro dato curioso es la creencia de que cada aparición de estas “águilas” eran símbolos de una guerra próxima o de un hecho importante, algo que se asemeja mucho a las teorías que hablan de las presencias de los “Ovnis” en momentos cruciales para la historia del mundo.
Evidentemente, no podemos saber ni estar seguros de qué ocurrió en esos hechos detallados en la nota, de lo que podemos estar seguros, como lo hemos dicho al inicio de la nota, es que el fenómeno ovni (entendiéndose ovni como objeto volador no identificado y nada más que eso) que resulta ser tan fascinante nuestros tiempos, no es un mito moderno, no es algo que nació en 1947 como muchos indican, sino, como hemos mencionado muchas veces en nuestr
a web, es un hecho que ha ocurrido a lo largo de la historia, y este artículo publicado, es sólo una muestra de ello. Fuente