La caja de comentarios se llenó de tope y traté de dar respuesta a casi todas las preguntas, bloqueé trolls (como ya es costumbre) y también corregí nociones erróneas que se hacían populares por "likes" (já, como si la verdad fuera democrática). Una de esas nociones erróneas que noté era muy común era pensar que "tlacuache" (la primer parte del nombre común de estos bichos) era su nombre científico. Pronto hice esta respuesta:
Lo que trato de hacer ver es que "tlacuache" y "oso" no son el nombre científico, es más, ni siquiera son el nombre común completo, son parte de éste. Acabo de tocar dos conceptos que me gustaría clarificar.
1) Nombre común: el nombre que se le da de forma regional a una especie. Este nombre está en el idioma local de la región donde se usa y puede ser similar a otros nombres comunes dentro o fuera de la región a tratar. Ejemplo:
2) Nombre científico: binomio inseparable utilizado por los científicos y otros para comunicar el nombre de la especie a tratar sin importar el idioma. El nombre científico consta de dos partes, el nombre de género y el epíteto específico. Para saber cómo se deben escribir adecuadamente haz clic en este enlace de una entrada anterior del blog.
Y ¿trataré el tema del concepto de especie? No, de eso no trata este post (de forma breve diré que una especie es una entidad evolutiva independiente de otras que cumple con ciertas condiciones (reproductivas, anatómicas, conductuales, etc.) que las unifican como tales y las distinguen de otras)... En el futuro lo trataré a fondo, pero por ahora quiero que se entienda que el nombre común no es el nombre de la especie. Son cosas distintas. La utilidad del nombre común es que es fácil de usar por las personas que no tienen interés en la ciencia o formación en ella. No está mal que un indígena de la sierra de Oaxaca le diga "tigre" a un jaguar (Panthera onca) porque es su uso común. Lo que está mal es que pensemos que "tigre" es el nombre de la especie, porque no lo es.
¿Y para qué molestarme en usar el nombre de la especie? Pues porque así no se homogenizan cosas que no son homogenizables. Así en vez de pensar erróneamente que sólo hay una especie de tlacuache mexicano, podremos ver que son ocho y que tres de ellos merecen protección porque están en situación de riesgo (no por nada están contemplados en la ley como especies amenazadas [Caluromys derbianus y Metachirus nudicaudatus] y en peligro de extinción [Chironectes minimus]). El identificar diferentes especies nos permite saber qué tan rica es la vida en la tierra, nos da sentido de identidad, nos alienta a conservar las distintas formas de vida y nos aporta información que sería imposible de obtener si consideramos todo como "más de lo mismo". Esa apatía debe cambiar porque ella es en parte la responsable de la crisis actual de biodiversidad.
Espero que el tema haya sido de tu interés. Si es así, no dudes en compartirlo en tus redes sociales (abajo vienen los botones para hacerlo). Gracias por leer.