Oz, un mundo de fantasía

Publicado el 23 abril 2013 por Nadacomercial @nadacomercial

El mundo de Oz según Sam Raimi

Director: Sam Raimi
Guión: Mitchell Kapner, David Lindsay-Abaire (Novela de L. Frank Baum)
Música: Danny Elfman
Reparto: James Franco, Mila Kunis, Rachel Weisz, Michelle Williams, Abigail Spencer, Zach Braff, Joey King, Bill Cobbs, Stephen R. Hart, Martin Klebba, Tony Cox, Otis Winston, Bruce Campbell, Ted Raimi, Tim Holmes, Toni Wynne, Rob Crites, John Paxton, William Dick

SINOPSIS

Oscar Diggs (James Franco), un mago de circo de dudosa reputación, tiene que abandonar la polvorienta Kansas y trasladarse al brillante País de Oz. Está convencido de que a partir de ahora la fama y la fortuna le sonreirán. Pero, cuando las brujas Theodora (Mila Kunis), Evanora (Rachel Weisz) y Glinda (Michelle Williams) empiezan a dudar de su categoría como mago, empezará a tener problemas. Si quiere triunfar, tendrá que averiguar cuanto antes quiénes son los buenos y quiénes los malos.

CRÍTICA

Continuando con la moda reciente de revisionar en el celuloide los cuentos clásicos más célebres o aquellas historias que, aun sin ser concebidas en principio con un intencionado cariz infantil, adquirieron con posterioridad (sería discutible el dilucidar si para bien o para mal) dicha calificación, en esta ocasión el director que nos trajo por primera vez de modo decente al superhéroe más emblemático de Marvel a la gran pantalla nos ofrece su particular punto de vista del mundo creado por el escritor Lyman Frank Baum, cuya más recordada adaptación es la maravillosa película musical de 1939 El mago de Oz, protagonizada por Judy Garland, un proyecto harto complicado que llegó a contar hasta con cuatro directores diferentes, todos de renombre, como Víctor Fleming, Richard Thorpe, King Vidor o George Cukor (responsable directo este de Lo que el viento se llevó), siendo fundamentalmente el primero quien lidió con la mayor parte de su elaboración.

En este remake, por suerte para el mismo, no ha hecho falta tanto cambio de batuta. Es más, incluso servidor agradece que no se haya hecho cargo del mismo Tim Burton, quien últimamente parece que está al quite de cualquier proyecto de similar naturaleza. No es que me desagrade Tim Burton, pero a veces creo que se pasa con tanto goticismo (en ocasiones pienso que es incapaz de llevar a cabo un proyecto que no goce de semejante tono) y esto precisamente no creo que hubiera beneficiado en absoluto a una película como la que tratamos. No obstante, también he de reconocer que me sorprendió la elección de Raimi para materializar esta nueva versión de El mago de Oz. Raimi ha dado igualmente muestras de su buen hacer en el género de suspense y/o terror, en el que nos ha concedido ya clásicos indiscutibles como Posesión Infernal -de la cual ya hay estrenada asimismo nueva versión- y sus secuelas, así como Premonición, Boogeyman, Arrástrame al infierno o la (para mí) mítica Darkman, donde dio una magistral lección a la hora de mezclar con suma habilidad terror y superhéroes.

Con este singular bagaje por tanto, puede provocar cierta perplejidad el que recaiga en Sam Raimi la dirección de Oz, un mundo de fantasía, de nuevo bajo la omnipresente mano de Disney (a este paso, TODO lo que se haga en el futuro en el panorama cinematográfico estadounidense pasará por dicha compañía), pero al final se convierte sin duda en una elección de lo más acertada.

Consciente de tratar con una obra clásica y bajo la alargada sombra que proyecta aún la versión cinematográfica de los años 30, film igualmente de culto, Raimi pergeña una película que bebe directamente de esta en tono, ambientación, fotografía y estilo. De igual modo que la cinta que protagonizó Judy Garland, el director utiliza el recurso de narrar el inicio de la historia (acontecido igualmente en Kansas) en blanco y negro (y formato 4:3, para acentuar si cabe aún más el tono “añejo”) para pasar a una absoluta riqueza cromática y a la panavisión cuando la acción se traslada al mundo fantástico de Oz, y aunque no aparecen los personajes que acompañaron a Dorothy en su periplo por dicho irreal lugar, sí se recurren a otros que, dado que forman parte del compendio de personajes del cuento original, toman parte activa en la trama.

En Oz, un mundo de fantasía el protagonista total es, aunque suene un poco a perogrullo, el mago que da nombre a la obra original, y a su génesis como hechicero absoluto de aquel fantástico mundo. Es Oz (acrónimo de su verdadero nombre, Óscar Z. Diggs) un prestidigitador de tres al cuarto que malvive en una feria perdida en el estado de Kansas a comienzos del siglo XX (cuando fue publicado el cuento original, por cierto). Oz se vale de su palabrería y galantería para engatusar a sus ayudantes y al crédulo público que asiste a verlo, el cual cree incluso que es un mago de verdad. Cuando los espectadores descubren que Óscar Diggs es un simple embaucador, la ira se apodera de ellos. Diggs se ve obligado a huir de estos a pesar de que un poderoso tornado se cierne sobre la feria. El ilusionador desafía a su pesar al brutal fenómeno atmosférico, que le conducirá a un lugar como nunca antes había visto.

Oz se presenta a Diggs como un mundo de oportunidades para dejar atrás la miseria en que ha vivido hasta ese momento y convertirse en una celebridad admirada por los curiosos habitantes del mágico territorio y sobre todo, muy, muy rica, pero el poseer las riquezas de Oz que le ponen a su alcance las brujas Theodora y Evanora, que creen que Diggs es un poderoso hechicero descrito en una antigua profecía, no resultará tan sencillo como él creía. Antes deberá matar a la malvada Bruja del Este.

James Franco (Harry Osborn en la trilogía de Spiderman del director) encarna con convicción a un egocéntrico y estafador Óscar Diggs que cree que la ingenuidad tan presente en los habitantes de Oz le permitirá convertirse en el poderoso hombre que siempre soñó ser. Rachez Weisz y Mila Kunis son las hermanas Evanora y Theodora respectivamente, brujas de Oz que tienen en la hechicera Glenda (Michelle Williams) a su eterna enemiga. Es Theodora quien más cree en las falsas virtudes del terrenal mago hasta el punto de enamorarse perdidamente de él. El descubrir la verdad supondrá un radical cambio, en todos los sentidos, para la bruja.

Raimi recrea un cuento clásico bajo una perspectiva del todo clásica. El film se mueve por unas pautas fijas que no dejan lugar a la improvisación ni a la sorpresa. El respeto hacia la obra original y sobre todo, al film que la hizo un relato inmortal está implícito en todo el metraje. La emotividad hace igualmente acto de presencia en determinados e inéditos personajes de esta nueva versión, característica esencial que ha de poseer los mejores cuentos, pero Raimi, por venir de la escuela de la que procede, no se resiste a regalarnos algún momento propio del género cinematográfico que le ha hecho famoso, y por eso, algún agradecido y eventual sobresalto nos hace recordar quién está tras las cámaras.

Aunque la sempiterna presencia de la palabra “Disney” induce a pensar que estamos ante un proyecto dirigido a un público eminentemente infantil (y al fin y al cabo es así, no nos equivoquemos), Oz, un mundo de fantasía se hace atractivo asimismo para los “sufridos” padres. Su clásica puesta en escena, su clásico desarrollo y su clásica resolución no transmiten en cambio esa consabida ñoñería que sí es patente en productos recientes de similares características. Raimi crea un dignísima precuela de la historia conocida por todos con oficio y sumo respeto agradando a todos por igual, una labor esta que en el cine de hoy día, en más ocasiones de las que nos gustaría, no es nada sencilla de materializar.

El tráiler en español: