Pablo Galiano aterrizó en Siroco con un repertorio donde no solo estaban los temas de La Aurora, su nuevo disco, se revisó el pasado en más de 12 canciones en total y dos formaciones con sabor a Americana.
La magia e imaginería de dn Pablo Galiano nos regaló una hora larga que se nos hizo breve, intensa y que le permitió volver a conquistar a todos los asistentes. Un repertorio que empezó con Ciego en referencia a uno de sus clásicos, pero que fué creciendo con canciones del nuevo disco como El cofre del muerto para volver al pasado con La huella del camino y es que, como hemos dicho, los 10 temas del disco aparecerían de forma paulatina y dando un show de menos a más. Al principio y al fin un cuarteto formado por dos guitarras, bajo y batería; en la mitad, serían quinteto y con un cambio de formación en bajo, guitarra y batería. Durante todo el show notaríamos ese calor, la pegada y ya en el ocaso con Toda mi gente va a ir al infierno se volvería en una réplica constante de los versos de la canción. En el total de los 16 temas del show no defraudó y se nota que su nuevo disco es carne de directo y que se siente cómodo defendiéndolo en las tablas de Siroco.
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