Pablo Iglesias está siendo un desastre para su partido y para la democracia española

Publicado el 26 junio 2019 por Franky
Ahora amenaza a Pedro Sánchez con descaro: “o me das cuatro ministerios o votamos en contra de tu investidura”. Unidas Podemos, inseguro y nervioso, pega ya casi tantos bandazos como Ciudadanos. Pocos políticos han sido tan dañinos como Pablo Iglesias para la democracia española. El líder de Unidas Podemos ha destrozado su propio partido y ha deteriorado y desprestigiado el sistema democrático en tan solo tres años. Su biografía ha demuostrado ante el pueblo que los políticos se alejan de sus principios y valores y se enriquecen de manera inexplicable cuando alcanzan altos puestos en la política. También demuestra que los comunistas que pertenecen a la élite del partido son los que se enriquecen y se atiborran de unos privilegios y ventajas que nunca están al alcance de sus pueblos. La compra de su chalet de Galapagar, un error de principiante que precipitó su caída, ha desvelado que se ha hecho velozmente millonario en la política, en la que se ha degradado y hundido tanto que ahora provoca lástima verlo mendigar un ministerio a Pedro Sánchez. —- En menos de tres años, Pablo Iglesias ha pasado de ser el chico de Vallecas que vivía con su abuela a ser el dueño de una villa en urbanización de empresarios y millonarios. al haber aumentado su patrimonio durante su etapa política. En ese mismo periodo, el partido que él dirige, Podemos, ha entrado en un profundo declive, dividido y desmoralizado, tras perder millones de votos y padecer un liderazgo cargado de errores.

Su partido nació pujante, recogiendo en su seno a los indignados y a los decepcionados por la suciedad de la democracia española y la indecencia de los dos grandes partidos, el PSOE y el PP, pero Iglesias lo destrozó en poco tiempo, acabando con su universalidad, su impulso ciudadano, su capacidad de despertad ilusión y esperanza y sus valores populares, convirtiéndolo en sectario, vertical, antidemocrático y comunista.

Unidas Podemos, bajo la dirección desgraciada de Iglesias, se ha deteriorado tanto que ahora parece un cadáver, víctima de descontento, división interna y un profundo sectarismo que le ha llevado a perder el apoyo de millones de españoles.

Con la credibilidad perdida, con su partido dividido y con sus amigos en desbandada, Pablo Igesias es un cadáver, aunque él no lo sepa. Por eso pugna y patalea, suplica y mendiga para obtener puestos en el gobierno. Como cualquier partido de izquierda, sabe que los suyos le mantendrán en el poder y no lo crucificarán sólo si reparte poder y dinero, si consigue controlar parte del presupuesto.

Es su única salida y su único billete para evitar ser despedazado.

Francisco Rubiales