Algo que desgraciadamente no ha ocurrido a lo largo de la historia y que, actualmente, tampoco se produce en todos los países. Ahí tenemos muchos ejemplos, como los 76 países en los que todavía se considera ilegal la práctica homosexual, o los 10 países en los que se les condena a muerte, entre ellos Irán. Y concreto en Irán porque este fin de semana hemos podido ver al Secretario General de Podemos, Pablo Iglesias, liderar la conga en la celebración del Día del Orgullo y manifestarse en los medios diciendo, entre otras cosas, que “hay mucho camino por recorrer” y en Twitter diciendo que “luego dicen que soy un tío muy serio. Que maravilla de manifestación, qué gran orgullo”. Este es Pablo Iglesias, el que recibe 3.000 euros semanales de la televisión pública iraní, donde se condena a muerte a los homosexuales, y luego se manifiesta a favor de los derechos de estos, de los LGTB y dice que queda mucho camino por recorrer en defensa de sus derechos. Pues podría empezar dando ejemplo y rompiendo relaciones con el gobierno de Irán, donde se mata a la gente por ser LGTB. Pero no, esta gente de Podemos con su hipocresía y jugando a dos bandas. Lo que se merecía el eurodiputado es haber sido abucheado por los asistentes a la manifestación, por hipócrita, por caradura y geta. Esto es Podemos, el partido de la hipocresía, de la mentira. El partido que cabalga entre contradicciones buscando su interés y que vende a cualquiera por alcanzar sus objetivos. Este es Pablo Iglesias, un político de mentira.
Algo que desgraciadamente no ha ocurrido a lo largo de la historia y que, actualmente, tampoco se produce en todos los países. Ahí tenemos muchos ejemplos, como los 76 países en los que todavía se considera ilegal la práctica homosexual, o los 10 países en los que se les condena a muerte, entre ellos Irán. Y concreto en Irán porque este fin de semana hemos podido ver al Secretario General de Podemos, Pablo Iglesias, liderar la conga en la celebración del Día del Orgullo y manifestarse en los medios diciendo, entre otras cosas, que “hay mucho camino por recorrer” y en Twitter diciendo que “luego dicen que soy un tío muy serio. Que maravilla de manifestación, qué gran orgullo”. Este es Pablo Iglesias, el que recibe 3.000 euros semanales de la televisión pública iraní, donde se condena a muerte a los homosexuales, y luego se manifiesta a favor de los derechos de estos, de los LGTB y dice que queda mucho camino por recorrer en defensa de sus derechos. Pues podría empezar dando ejemplo y rompiendo relaciones con el gobierno de Irán, donde se mata a la gente por ser LGTB. Pero no, esta gente de Podemos con su hipocresía y jugando a dos bandas. Lo que se merecía el eurodiputado es haber sido abucheado por los asistentes a la manifestación, por hipócrita, por caradura y geta. Esto es Podemos, el partido de la hipocresía, de la mentira. El partido que cabalga entre contradicciones buscando su interés y que vende a cualquiera por alcanzar sus objetivos. Este es Pablo Iglesias, un político de mentira.