Pablo Neruda San Martín (1810)
Publicado el 20 septiembre 2017 por Biblioteca Virtual Hispanica @BVHispanicaANDUVE, San Martín, tanto y de sitio en sitioque descarté tu traje, tus espuelas, sabíaque alguna vez, andando en los caminoshechos para volver, en los finalesde cordillera, en la purezade la intemperie que de ti heredarnos,nos íbamos a ver de un día a otro.Cuesta diferenciar entre los nudosde ceibo, entre raíces,entre senderos señalar tu rostro,entre los pájaros distinguir tu mirada,encontrar en el aire tu existencia.Eres la tierra que nos diste, un ramode cedrón que golpea con su aroma,que no sabemos dónde está, de dóndellega su olor de patria a las praderas.Te galopamos, San Martín, salimosamaneciendo a recorrer tu cuerpo,respiramos hectáreas de tu sombra,hacemos fuego sobre tu estatura.Eres extenso entre todos los héroes.Otros fueron de mesa en mesa,de encrucijada en torbellino,tú fuiste construido de confines,y empezamos a ver tu geografía,tu planicie final, tu territorio.Mientras mayor el tiempo diseminacomo agua eterna los terronesdel rencor, los afiladoshallazgos de la hoguera,más terreno comprendes, más semillasde tu tranquilidad pueblan los cerros,más extensión das a la primavera.El hombre que construye es luego el humode lo que construyó, nadie renacede su propio brasero consumido:de su disminución hizo existencia,cayó cuando no tuvo más que polvo.Tu abarcaste en la muerte más espacio.Tu muerte fue un silencio de granero.Pasó la vida tuya, y otras vidas,se abrieron puertas, se elevaron murosy la espiga salió a ser derramada.San Martín, otros capitanesfulguran más que tú, llevan bordadossus pámpanos de sal fosforescentes,otros hablan aún como cascadas,pero no hay uno como tú, vestidode tierra y soledad, de nieve y trébol.Te encontramos al retornar del río,te saludamos en la forma agrariade la Tucumania florida,y en los caminos, a caballote cruzamos corriendo y levantandotu vestidura, padre polvoriento.Hoy el sol y la luna, el viento grandemaduran tu linaje, tu sencillacomposición: tu verdad eraverdad de tierra, arenoso amasijo,estable como el pan, lámina frescade greda y cereales, pampa pura.Y así eres hasta hoy, luna y galope,estación de soldados, intemperie,por donde vamos otra vez guerreando,caminando entre pueblos y llanuras,estableciendo tu verdad terrestre,esparciendo tu germen espacioso,aventando las páginas del trigo.Así sea, y que no nos acompañela paz hasta que entremosdespués de los combates, a tu cuerpoy duerma la medida que tuvimosen tu extensión de paz germinadora