Pablo Picasso en 1971.
Pablo Ruíz Picasso, pintor malagueño (Málaga, 25 de Octubre de 1881- Mougins, Francia, 8 de Abril de 1973). Suya es quizás la obra más prolífica de todo el siglo XX sin discusión, la de un autor innovador como pocos y dueño de un estilo contemplado por etapas. Genio y explorador, siempre jugó con la experimentación: "En mi opinión, un cuadro es una suma de destrucciones. Hago un cuadro y luego lo destruyo", ni admitió ser gregario de movimientos o dogmas ajenos a su propio juicio o razón. Independiente en el trabajo, navegó entre el expresionismo, cubismo e incluso fue considerado por muchos como exponente claro del surrealismo, aunque se mantuviera al margen de banderas a las que lo pretendieran adscribir. Poseedor de un talento y capacidad excepcional, es en su última etapa cuando de sobremanera potenció unas dotes coléricas e intactas imposibles de amansar. Ocaso de un mito, sinónimo de derroche y salvaje creatividad en un febril titán dispuesto a sellar su carrera con un magnífico broche final.
Un periodo esencial, al que es necesario analizar y que viene marcado tanto desde el ámbito privado como profesional. Por un lado su matrimonio con Jacqueline Roque (esposa hasta el día de su muerte) en 1961 le proporciona un sosiego y paz interior inaudita para el artista, y por otro ha de demostrar su triunfo ante la vejez frenando a un tiempo imparable que pretende derrotar. Fiel a su estilo no responde a normas, ni atiende a academicismos y tan sólo persiste en su infinita innovación conceptual, estética y formal.
Referencias eróticas plagadas de besos, abrazos y caricias, cuerpos desnudos, figuras aisladas o retratos, representan la temática de sus creaciones. Devaluadas en su momento por la crítica y el público en general, los cuales no le concedieron el valor que el tiempo con justicia, ahora sí, ha otorgado repleto de razón.
Por ello en esta entrada se hará referencia a la década correspondiente a los años 1963-1973, estrictamente considerada su etapa final. Puntal del neo-expresionismo, son parte esencial de un legado, fuente e influencia tan increíble como crucial.
El pintor y su modelo (1963).
Cabeza de mujer (1963).
Gran desnudo (1964).
Dos amigas (1965).
Hombre sentado (1965)
Mentón (1966).
Busto de caballero (1967).
Desnudo (1967).
El fumador (1968).
Mujer desnuda con un collar (1968).
Retrato de un hombre con espada y flor (1969).
El beso (1969).
Matador (1970).
Hombre con sombrero de paja (1971).
Paternidad (1971).
El fumador (1971).
Hombre escribiendo (1971).