ESTRUCTURA
Yo no llevé el hambre
ni extendí el virus por el país de los negritos.
No derribé los árboles de la selva virgen venezolana
ni violé a las muchachas de gordo pandero
ni conduje el tanque que arrasó el pueblo
en que vivían.
Tampoco apreté el botón para que cayeran las bombas:
tan solo el número cinco del mando a distancia.
El sistema puso un sofá entre el suelo y mi gordo pandero
y la tele y yo somos funtivos mínimos
en este rincón último de la estructura.
Sintagmas nominales, sin verbo.
Dos nombres y unos cuantos semas indeterminados
en relación de concordancia.
El sistema me debe una chocolatina
me debe definitivamente información
acerca del Real Madrid
o las fiestas de cumpleaños para perros que organizan en Corea
en su vieja pretensión de ser
significativamente relevante.
Estoy libre de causa: no soy verbo.
Como mucho
sujeto pasivo de una oración pronunciada por otro.
O interjección: soy un ¡hostia!
Y no maté a Antonio Urdina Burbur, el último
hablante de dálmata.
Solo los locos hablan solos.
No pinto nada en esta frase.
Pablo X. Suárez. POP RETÓRIKA. Prólogo de Sofía Castañón. Glayíu Editorial, Oviedo, 2011.