Pachacamac cristiano

Por Joseantoniobenito

PACHACAMAC CRISTIANO

José Antonio Benito

El pueblo de Pachacamac, luego que los españoles dejaron el santuario el 3 de marzo de 1533, formó parte de diversas jurisdicciones. Cuando Hernando Pizarro partió rumbo a Jauja, anexó a Pachacamac a la nueva Jurisdicción política de esta ciudad.

Cabe recalcar, que en 1534, ya existía en el Pueblo de Pachacamac un convento de religiosos Franciscanos. Según las informaciones de Buenaventura de Salinas y Córdova, cuando se fundó la ciudad de Lima, este se trasladó a la capital y es hoy la Iglesia de San Francisco. En 1565, al crearse los corregimientos de las indias, Pachacamac fue incluido entre los territorios gobernados por el Cabildo de Lima.

Para el año 1572, el Virrey Toledo ordenó la creación de reducciones de indios. Por lo tanto, en 1573, se congregó a los indios Caringas, Manchais y Pachacamac para reducirlos en el pueblo "Santísimo Salvador de Pachacamac" hoy actual pueblo.

El 11 de agosto de 1576, el Virrey Toledo expidió una real provisión fundando el corregimiento de la Villa de Cañete y considerando dentro de esta jurisdicción al Valle de Pachacamac.

En 1578, la evangelización corría a cargo de los clérigos Agustinos, según la información de Calancha.

El 30 de marzo de 1600, el Virrey Luis Velasco dispuso que el valle pasara a formar parte de la provincia del Cercado. Situación que ha permanecido invariable hasta el día de hoy. En 1601, se fundó la Reducción indígena de "San Pedro de Quilcay", en un arenal colindante con el valle de Pachacamac. Esta reducción se llevó a cabo con los habitantes del Ayllu Quilcaycuna, que estaba formado por agricultores y pescadores, que daría lugar posteriormente al pueblo de San Pedro de Lurín.

En 1617, Pachacámac se transformó en Curato con un párroco residente (el Clérigo Vásquez de Espinoza). Los frailes Agustinos ya habían abandonado la reducción.

El 28 de mayo de 1644, el Licenciado Agustín Ortiz Serrano, natural de Segovia, España, presbítero, cura y vicario de la doctrina de Pachacamac, funda como Capellanía a Pachacamac, dictando su testamento en Lima.

En 1675, el Sacerdote José Morán Collantes es nombrado sucesor en el patronazgo de la Capellanía.

De la construcción del Templo del "Santísimo Salvador de Pachacamac" no encontramos apuntes, pero si existen en los archivos de la Parroquia de Lurín y que contienen las primeras partidas de Bautismo. Que son las primeras que se realizaron en el distrito de Pachacámac , ya que Lurín no existía ninguna Parroquia ni el mismo distrito.

En 1697, el Cura Tomás Arévalo asienta las partidas refiriéndose solamente como nacidos en "Este Valle".

En 1712, aparece el cura y vicario don Pedro de Leznas refiriéndose a la Parroquia del "Santísimo Salvador de Pachacamac". Luego este se construyó posiblemente alrededor de 1700 a 1710.

En 1714, aparece la firma del cura Toribio de Luxan en las partidas de Bautismo durante muchos años. Y en la inscripción de la pila del bautismo, también aparece grabado el nombre de este cura, quien sigue desempeñando su labor en 1734. En la actualidad, esta pila bautismal se encuentra en la Iglesia de San Pedro de Lurín. Fue trasladada después del terremoto de 1970 que destruyó el templo. Existe en el templo muchos santos que pertenecen a la Iglesia de Pachacamac, y muchas otras piezas de gran valor y una campana con la siguiente inscripción "Se hizo esta campana en 1798". En la campana mayor se encuentra otra inscripción: Se hizo esta campana a la Virgen del Rosario de Pachacamac en 1816, siendo cura Don Bartolomé Herrera, Gobernador Atanasio Montoya, juez de paz Juan Pío Castillo. Estas piezas pertenecen a la Iglesia de Pachacamac, ya que fueron llevadas a la Iglesia de San Pedro de Lurín por el terremoto.

En 1711, José Pareja permitió a los comuneros de la reducción de Pachacamac que levantaran una nueva población. De esta manera, en 1802, se elaboró un plano Titulado "Plano Topográfico de la Suerte de Tierras, situados en el Valle de Pachacamac".

En 1746, el Pueblo Santísimo Salvador de Pachacamac se constituye como tal mediante cédula del 16 de mayo expedida por el Virrey Amat, quien además determina la propiedad de las tierras para la Comunidad de Pachacamac.

En 1799, se produce un litigio entre la población de Pachacamac y la Capellanía, la cual exigía derechos legales de pertenencia del pueblo. Lo cual traería el despoblamiento de Pachacamac (Testamento del 28 de mayo de 1644 del Licenciado Agustín Ortiz Serrano).

El 6 de agosto de 1812, se llegó a un acuerdo entre la población pachacamina y la capellanía comprándole los comuneros definitivamente los terrenos del pueblo.

En su momento, el distrito de Pachacámac abarcó los actuales distritos de Lurín (y por extensión los distritos de San Juan de MirafloresVilla María del Triunfo y Villa El Salvador) y Cieneguilla, que se segregaron posteriormente.

UN BUEN LIBRO SOBRE LA PARROQUIA

GARCÍA JULIÁ, P. Eugenio Notas históricas.  Parroquia El Santísimo Salvador de Pachacámac (Gráfica Biblos, Lima, 2016, 116 pp)

Cuenta con el prólogo del célebre y recordado P. Armando Nieto, SJ, quien destaca la consulta minuciosa del autor en el Archivo Arzobispal de Lima y el registro de un párroco ilustre, Bartolomé Herrera en 1840.

En la presentación el autor da cuenta de su propósito de investigar cuantas fuentes ha tenido a su alcance, de archivo y bibliográficas, para "ofrecer al pueblo de Pachacámac una breve guía histórica de lo más relevante de la Parroquia El Santísimo Salvador" (p.7)

La primera fecha consignada es el 10 de enero de 1533, momento en que llegan los primeros españoles cristianos al valle y santuario andino de Pachacámac. El primer encomendero fue Juan de Maldonado y Buendía. Al año siguiente, 1534, Pizarro otorgó a Nicolás de Ribera la encomienda del pueblo de Malanay, en Pachacamac y se tiene noticia del primer convento franciscano y mercedario. En 1552 llegan los agustinos. Será en 1573 cuando se forma la reducción de indios en el pueblo de San Salvador con el repartimiento de indios entregado a Francisco González de Cepeda y Juan de Villafuerte.

En el acápite "doctrina de San Salvador de Pachacámac" se define el término como "superficies de tierras con sus habitantes, que encargaron a un cura residente para la evangelización de los indios, con la colaboración de órdenes religiosas" (p.9), se indican los oratorios anexos (Quilcay, Manchay, Cieneguilla, Venturosa, Mamacona y san Pedro de Lurín) y las ocho capillas: Lúcumo, Pueblo Viejo, Atocongo, Pacta, Caringa, Cacicasgo, Chamaure y San Juan.

En "descripción del templo" apenas se enumeran los preciados elementos de su fachada, torres campanarios, bóveda, retablos de las naves laterales (Virgen del Carmen y Cristo de la Agonía) y un reluciente retablo barroco, felizmente restaurado, que amerita la descripción de un experto en arte y que cuenta con un inventario de 1850 en el anexo 10.

El cuerpo del libro lo forma una cronología exhaustiva de datos alusivos a la fecha, lugar, asunto distribuidos por siglos (XVI, XVII, XVIII, XIX, XX, XXI) basados en la investigación de archivo (sobre todo el Arzobispal de Lima) y los aportados por los historiadores básicos, José Matos Mar, José Portugal Mendoza, María Rostworowski, P. Enrique Fernández.  La obra es un gran aporte para la historia reciente pues brinda datos de primera mano hasta el 11 de enero del 2014 en que se registra la llegada del Instituto Secular "Cruzada Evangélica". Por el "Libro de las Visitas" sabemos que santo Toribio lo visitó en 1598, confirmando a 125 y a 26 en el 1604.

El último capítulo da un listado de sacerdotes y religiosos que atendieron la parroquia durante los siglos XX y XXI, culminando con el propio autor, P. Eugenio García, misionero de Mallorca.

Al final se incluyen 143 anexos documentales de gran valor como el 1 acerca de la Cofradía de san Miguel de 1644, otros vinculados con las cofradías y las visitas pastorales, una interesante relación de feligreses que habían cumplido con el mandamiento de confesión y comunión pascual de 1759

Resalto como mérito de la publicación la abundancia de fotos y atractivo formato que lo convierten en obligado recuerdo de cuantos se interesan por el rico patrimonio cultural y espiritual que se custodia en la renovada parroquia que ahora celebra el jubileo de sus 450 años.