Últimos bandoleros románticos, su legendaria generosidad
y hondo arraigo popular los llevaba a desvalijar las arcas
públicas para socorrer a los menesterosos.
Quizás algún día sabremos si los miembros su famosa partida,
integrada por elementos tan pintorescos como " El Albondiguilla",
"El Curita" o "El Cabrón", dieron definitivamente con sus
huesos en la cárcel.