Todos los profesionales que se encontraban en los tendidos y el callejón de La Maestranza oliventina saltaron al ruedo una vez concluido el espectáculo para izar en volandas al protagonista. Julián López El Juli, Alejandro Talavante, Antonio Barrera, Serafín Marín, El Mangui... incluso su íntimo amigo Adolfo Suarez Illana hicieron acto de presencia para acompañar al torero, que bajo los gritos de ¡Fuerza Padilla! abandonó el coso entre vítores de todos los asistentes. Foto: Mundotoro.
“Durante la lidia del cuarto toro en Olivenza y, para sorpresa de todos, Juan José Padilla ofreció los palos a sus compañeros de cartel, Morante de la Puebla y José Mari Manzanares, cuajando los tres un tercio estupendo. Morante y Manzanares clavaron arriba con facilidad -especialmente lucido fue el par del sevillano- y Padilla, que arrancó sentado en el estribo, clavó de dentro a fuera.
El jerezano, que brindó la faena de muleta a su padre, repuesto de la lipotimia que sufrió durante la lidia del segundo toro, había recibido antes al animal de hinojos con una larga cambiada. Luego, veroniqueó abriendo el compás alternando con chicuelinas en un saludo capotero que puso al rojo vivo a la plaza y que fue rematado con una buena media. Galleó de nuevo por lances de Chicuelo para llevar al toro al caballo y, muleta en mano, arrancó de nuevo de rodillas para, ya de pie, cuajar series por ambas manos cada vez más templadas refrendadas con adornos y desplantes que provocan la entrega y la admiración de los tendidos. A pesar de que no mató bien, fue premiado con una oreja, asegurándose de este modo la salida a hombros.”
Mi más cordial enhorabuena a Juan José Padilla. Todo un ejemplo de superación y afición.