Más allá de los padres tiernos y atentos, no quiero olvidarme de aquellos que no pueden dar lo mejor de sí mismos porque no pasan por su mejor momento, como el padre del protagonista de Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea, que ha perdido a una hija, su mujer lo abandonó y tiene problemas con el alcohol. Ese retrato de un padre derrotado por la vida a través los ojos de un niño es muy meritorio. Tampoco quiero dejar de lado a los padres ausentes, como el de la protagonista de Las crónicas de la señorita Hempel, que murió y ahora ella lo recuerda de una manera muy especial, ni a los que no cumplen con su papel de padres, como el de Reunión en el restaurante Nostalgia, que dejó a su familia y su esposa tuvo que hacerse cargo de los tres hijos. Pero no solo hay personajes de padres interesantes en la narrativa realista. Dentro de la literatura fantástica, en los últimos años descubrí a dos maravillosos: Trevanion del Río, padre del protagonista de Finnikin de la Roca, un guerrero con agallas que se convierte en una inspiración para su hijo; y Brimstone, al que podríamos considerar una especie de padre adoptivo de Karou, de Hija de humo y hueso: ella es humana y él una quimera, ella a menudo no lo comprende, él parece demasiado duro..., pero su relación rebosa amor, aunque a veces cueste de verlo. Por otro lado, el género a caballo entre lo sentimental y la comedia romántica que escribe Marc Levy también tiene algunos libros dignos de mención, como Las cosas que no nos dijimos, en el que la hija, adulta, recibe la noticia de la muerte de su padre y se arrepiente de no haber retomado su relación con él, y Mis amigos, mis amores, la historia de dos padres jóvenes muy diferentes que empiezan una nueva vida después de haber dejado atrás a sus respectivas esposas. Desde aquí os animo a comentar qué libros de padres e hijos recordáis con más cariño. Ah, ¡muchas felicidades a los papás y a los Josés y derivados!
Padres e hijos en la literatura (Especial Día del Padre)
Publicado el 19 marzo 2013 por Rusta @RustaDevoradoraMás allá de los padres tiernos y atentos, no quiero olvidarme de aquellos que no pueden dar lo mejor de sí mismos porque no pasan por su mejor momento, como el padre del protagonista de Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea, que ha perdido a una hija, su mujer lo abandonó y tiene problemas con el alcohol. Ese retrato de un padre derrotado por la vida a través los ojos de un niño es muy meritorio. Tampoco quiero dejar de lado a los padres ausentes, como el de la protagonista de Las crónicas de la señorita Hempel, que murió y ahora ella lo recuerda de una manera muy especial, ni a los que no cumplen con su papel de padres, como el de Reunión en el restaurante Nostalgia, que dejó a su familia y su esposa tuvo que hacerse cargo de los tres hijos. Pero no solo hay personajes de padres interesantes en la narrativa realista. Dentro de la literatura fantástica, en los últimos años descubrí a dos maravillosos: Trevanion del Río, padre del protagonista de Finnikin de la Roca, un guerrero con agallas que se convierte en una inspiración para su hijo; y Brimstone, al que podríamos considerar una especie de padre adoptivo de Karou, de Hija de humo y hueso: ella es humana y él una quimera, ella a menudo no lo comprende, él parece demasiado duro..., pero su relación rebosa amor, aunque a veces cueste de verlo. Por otro lado, el género a caballo entre lo sentimental y la comedia romántica que escribe Marc Levy también tiene algunos libros dignos de mención, como Las cosas que no nos dijimos, en el que la hija, adulta, recibe la noticia de la muerte de su padre y se arrepiente de no haber retomado su relación con él, y Mis amigos, mis amores, la historia de dos padres jóvenes muy diferentes que empiezan una nueva vida después de haber dejado atrás a sus respectivas esposas. Desde aquí os animo a comentar qué libros de padres e hijos recordáis con más cariño. Ah, ¡muchas felicidades a los papás y a los Josés y derivados!