Padres, hijos y primates, de Jon Bilbao

Por Gfg
Padres, hijos y primates es la obra de un ingeniero. Esa afirmación a primera vista no parecía muy halagadora en el mundo de las letras, aunque lo es. Porque en la historia de la narrativa ha habido grandes escritores con esa profesión como Juan Benet o el mismo Dostoyevski. Y el autor (que es ingeniero de minas, aparte de licenciado en filología inglesa) arma toda una trama con esa precisión que les caracteriza, sin dejar piezas sueltas que puedan quebrar la narración y derrumbar la obra. 
El argumento en sí es sencillo. Al protagonista la vida no le ha ido tan bien como podía esperarse de su trayectoria inicial. Cuando estudiaba en la Escuela de Ingenieros todos le auguraban un brillante futuro, pero éste no se ha cumplido convirtiéndose en un empresario/vendedor de máquinas de aire acondicionado, actividad que uno puede pensar que es lo último que haría una persona en su sano juicio. Su empresa está al borde de la quiebra. Sin embargo todo podría cambiar, gracias a un importante contrato. En estas circunstancias, a su pesar viaja a la Riviera Maya en México para asistir a una boda. Una vez allí, una alerta de huracán le obliga a abandonar su hotel en la costa y trasladarse al interior en busca de refugio. En el trayecto se encuentra por casualidad con un antiguo profesor de la universidad y su mujer, que huye también del huracán y que viven su propia tragedia. En ese entorno duro y distante, el protagonista tendrá oportunidad de interactuar, no sólo con personas, sino también con primates (muy bueno!), hasta su brusco desenlace final.
Una narración dosificada, mantenida sin trucos ni fuegos de artificio, en la que Jon Bilbao pone al límite a personas normales alejándolos de la civilización. En esa tesitura sus comportamientos, sus reacciones son diseccionados con total habilidad mostrando una buena capacidad psicológica.
En fin, un autor relevante, un narrador con un lenguaje sereno y fluido, y sobre todo un escritor que cumple de manera fiel con sus principios de honestidad, imaginación, emoción y ambición