Un huracán a punto de llegar y un antiguo y exigente profesor que se cruza en su camino. Dos elementos, sin necesidad de más, que provocan un vuelco en la triste vida de Joanes. Un cambio que va alimentándose con los kilómetros del trayecto y que va in crescendo, hasta dejarte con los ojos pegados ante lo que, cada vez con más grados de dureza, va sucediendo.
Sin haber leído con anterioridad a Jon Bilbao, y un poco arrepintiéndome por ello, he encarado a los mosquitos las últimas noches con esta breve novela que mucho tiene que ver con la naturaleza, los instintos primarios y las situaciones límites. ¿No dicen que el viento vuelve locos a los cuerdos? Pues bien, para Bilbao puede haber cosas peores y más efectivas.
Disfrútenla mientras yo apuro mis últimos días de vacaciones tumbada a la bartola.