Padres Veteranos y Quentin Tarantino

Por Cartas A 1985 @AntonCruces

En el anterior post diseccionamos el comportamiento de los Padres Primerizos, y hoy nos ocupamos de su polo puesto: los padres veteranos. En primer lugar acotemos el término ya que un padre veterano puede ser mi padre o un excombatiente del Vietnam con hijos. En este artículo utilizaremos el significante “Padre Veterano” para hacer referencia a aquella persona o pareja que tiene dos o más hijos de corta edad.

¿Está claro no?

Después de quedar con la pareja novata, quedé con otro grupo de personas entre los que estaba una madre veterana de pura cepa. Hace poco acaba de dar a luz a su tercer hijo y claro, las cosas que le preocupaban con los otros dos, con este como que menos.

¿Cuál es el truco de una madre veterana para, por ejemplo, dormir al niño?

Sencillo.

El padre primerizo las pasan putas y cantan mientras intentan que su vástago se duerma.

─Shhhh… Duérmete niño, duérmete ya…(tema cantado por millones de padres a lo largo de generaciones en un tono indefinido que pasa por todas las notas de la escala sin afianzarse en ninguna en ningún momento).

Error.

El chaval es pequeño, pero no es tonto. Te mira con esos curiosos ojos grandes mientras piensa: “No me des órdenes, duérmete tú julai”

El padre primerizo  se levanta en medio de la cafetería y mece al niño entre sus brazos sin darse cuenta de que en realidad se está meciendo así mismo en público. La cosa se va animando poco a poco y al final aquello parece “El vals de las mariposas”.  Tras un buen rato con el bailecito el bebé cierra los ojos y el padre reacciona como lo que es, un padre novato. Se arrodilla extasiado y grita a pleno pulmón:

─¡¡¡¡Sí joder por fin!!!!

Burro.

El niño arranca de nuevo y otra vez a bailar. Eso le pasa al padre primerizo por escandaloso.

Pero la madre veterana no. ¡No amigo! (voz de Buenafuente imitando a DeNiro). La madre veterana está hecha de otra pasta.

Imaginemos que hay cuatro amigas de unos treinta y pico años alrededor de una mesa tomando un refresco. ¡Bueno qué coño…tomando un refresco cada una¡ ¡Que no se diga que en Cartas no somos generosos!
Una de ellas tiene tres hijos. Dos de ellos son ya casi humanos del todo y juegan alrededor de la plaza, saltan, gritan, entablan conversaciones con la gente de a pie y no pasa nada. La madre novata ataca a las patatas fritas con soltura y sin preocupación. Ya ni mira. Los tiene bien amaestrados. De vez en cuando una visual modo “vuelo rasante” por si acaso. ¿Que los chavales se desmandan? Un grito de madre veterana y allí todo Dios más recto que Rouco Varela en un entierro. Yo incluido.

El grito de madre veterana

El grito de madre veterana es un arma mortal: te paraliza y te cambia el carácter en una décima de segundo. Tan solo Los cinco puntos de presión para hacer estallar un corazón de Pai Mai (Kill Bill. Vol 2, Quentin Tarantino) son más peligrosos.

Durante ese grito la morfología facial de la madre se transforma, y durante un segundo un ente diabólico ocupa su cuerpo, su cara y su voz.

 El uso de El grito de madre suele darse en las siguientes frases:

─¡¡¡¡A comer!!!!

─¡¡¡A cenar!!!

─¡¡¡¡Hazme el favor de estarte quieto!!!! (al final de la frase se suele añadir un ¿eh? para enfatizar)

Y la muy manida, pero siempre eficaz:

─¡¡¡¡¡¡¡Como me hagas ir ahí!!!!!!!!!!

Los últimos estudios calculan que el efecto de “El grito de madre” dura en los chavales entre 20 y 35 minutos, dependiendo del peso, la edad y el azúcar en sangre.

Una vez controlados “los mayores” vamos a por el pequeño. ¿Cómo dormirlo?

Continuará…