Dos golpecitos discretos la trajeron de vuelta.
-Sí Regina.
-Signora, va a llegar tarde.
-Gracias Regina, puedes volver a tus cosas.
Qué le pasaba hoy a ésta. Sólo faltaba que la asistenta le dijese lo que tenía que hacer. Regina llevaba con ellos muchos años. Había venido muy joven por recomendación, era una buena chica del sur de Nápoles, de una familia humilde de campesinos, joven, pequeña, renegrida, con un pelo oscuro que empezaba a media frente, unos ojos negros como la lava del Vesubio y un bigote, pensó Constanza con ironía, un bigote que se depilaba todas las semanas, los sábados por la mañana cuando les ofrecía la visión rojiza escocida en el servicio del mediodía, y por los andares tal vez alguna zona más... Sonrió con malicia. Ya pondría las cosas claras con ella más tarde.
Pues ahí la tenéis, uno de los primeros capítulos en los que Constanza aún no me caía tan bien como ahora XD
Espero que os haya gustado y si lo habéis leído me compartáis vuestra opinión :3