No sé por qué hago esta entrada, al menos no lo sé muy bien. Pero es que estoy harto de guardarme esto para mí, privado; estoy harto de callarme pensando en el bien de otras personas mientas yo sufro. Estoy segurísimo de que a pesar de que escribo esta entrada, por Twitter seguiréis viendo que me quejo de lo mismo. En parte también yo tengo la culpa, ya que no les digo cómo me siento, pero no sé, no veo que eso pueda ayudar, porque seguramente no cambien ni nada y además dirán algo como que todo me molesta o algo parecido.
Estoy harto, completamente harto, de que la gente siempre se esté quejando de cómo soy mientras yo me siento más y más acomplejado. Que si no hago deporte, que si soy el más bajito de la clase... ¿Por qué tienen que criticarme? Lo peor es que son personas cercanas que no es fácil echarlas fuera. Y estoy harto de que siempre estén igual, diciéndome lo mismo una y otra y otra y otra vez (perdonad que cometa faltas, pero necesito soltar todo así que no me preocuparé por si lo escribo "casi perfecto"). Pero a pesar de eso, aunque yo qué se, aunque me caigan lágrimas, no perderé la sonrisa. Mientras llore (otra cosa por la que también me critican, por cierto, no puedo desahogarme con lágrimas, se ve que es delito o algo), llevaré mi sonrisa, esa de las que todos me halagan, y así seguiré. Y si yo puedo, vosotros también.
Escuchadme bien. O, mejor dicho, leedme bien. Aunque yo tenga complejos y no sea el más apropiado para decir esto, os quiero pedir que seáis vosotros también, que no perdáis vuestra sonrisa. Y no digo que no os importe la opinión de los demás, porque sí que importa (por ejemplo, si con amigos hablas de lo buen@ que está un(a) chic@, lo más seguro es que con otra persona no tan cercana te dé vergüenza), sino que no os importe la de aquellos que os hacen daño, que no merece la pena. Desconocidos, amigos que os hagan daño, algo así. De esos ni vale la pena.
Pero sobre todo jamás, JAMÁS DE LOS JAMASES, pierdas tu sonrisa. Eso, nunca. Porque una sonrisa es... es una belleza que no se debe ocultar, a pesar de que muchas veces lo hacemos. Una sonrisa es una belleza que normalmente aparece y desaparece por culpa de otros (tanto positiva como negativamente). Así que nunca la perdáis, porque es una sonrisas es una de las cosas más bonitas y, a la vez, dañinas que le podéis dar a las personas y al mundo. Da igual lo que os digan: feo, guapo, tonto, bajo, alto... No importa. Nunca la perdáis. Nunca os rindáis porque solo vais a conseguir caer derrotados, perdidos en la tristeza y en la plena oscuridad y negatividad, y no vale la pena porque así solo os vais a fastidiar la vida a vosotros mismos y a aquellos que os critican les daréis la satisfacción de veros caídos por ellos, que han conseguido derribaros. Así que si os critican, sonreid siempre. ¿Lloricas? Lloras porque eres persona. ¿Bajito? Sí, pero grande por dentro. ¿Alto como una jirafa? Llegarás a las cosas más altas.
Así que nunca, NUNCA perdáis esa sonrisa. Recordad que una sonrisa es una de las mayores bellezas y, a la vez, pesadillas que les podéis dar al mundo. Y que no os preocupe la crítica de aquellos que solo buscan vuestro daño. Si son personas que valgan la pena, te lo dirán con cariño, sinceridad y buen humor. Y lo detectaréis, tranquilos. Sed vosotros mismos, al menos hasta ciertos límites, que vuestro "yo" jamás se quede atrapado en un rincón en vuestro interior. No os quedéis lamentándoos por lo que os dicen, lamentaos por preocuparos por esas estupideces y por estar ahí gastando ese tiempo en eso cuando podéis estar sonriendo y diciéndoles a aquellos que os han criticado: "joderos porque yo sigo sonriendo. Y voy a por todo. Así que fuera de mi camino, bitches". Y si siguen y vosotros no respondéis, seguro que habrá gente que os dirá "pero diles algo, insúltales o algo". Tampoco os preocupéis por eso: aunque solo paséis de esa gente y no contestéis, hacéis lo mejor. ¿Que siguen? ¡Pues que sigan! Oye, mientras ellos gastan su tiempo en intentar derrumbarte, tú utilizas el tuyo en sonreir y lograr lo que te propones.
Sois grandes, demostradlo, no dejéis que os hundan. Volad como nunca, y por cada piedra que os lancen para haceros caer, retomad el vuelo y volad aún más alto. Y siempre sonriendo y siendo vosotros mismos.
Creo que ya he dicho todo. Lo siento por repetirme en algunas partes, pero es que tengo que resaltarlo. Y seguramente ahora os diga esto y yo no lo pondré en práctica, seguiré igual. Pero vosotros hacedlo. No caigáis, volad.
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