Pais de criminales.

Publicado el 22 julio 2020 por Torrens

España tiene propietarios, que son los grandes bancos, las grandes empresas y las grandes fortunas, que estafan a la ciudadanía con productos y servicios más caros y de peor calidad de la que debería ser, para lo que cuentan con el apoyo y la obediencia del gobierno, gane quien gane las elecciones, mientras la estupidez ciudadana sigue votando a los mismos de siempre.

Aparte del gobierno también apoyan a los propietarios del país la pocilga mediática madrileña y sus extensiones al resto de España, manejada por una serie de personajes sumamente siniestros, como el catalán Mauricio Casals, presidente de La Razón, y uno de los jefazos de A3Media, su objetivo es que nos creamos las falsedades y mentiras que publican.

Desde que empezaron a aparecer las barbaridades de Juan Carlos de Borbón en la prensa extranjera su objetivo ha sido convencernos que es inviolable y por tanto por más barbaridades que haya cometido no puede ser perseguido y mucho menos condenado a penas de prisión o sanción económica, lo que ocurre es que al tiempo que se aseguran que no se investigue a fondo la inviolabilidad de Juan Carlos de Borbón, ocultan que persiste una obligación, la tributaria, porque aunque Juan Carlos de Borbón haya defraudado, al conocerlo el gobierno, si fuese un ciudadano normal, aparte posibles penas de cárcel y sanciones, sería inspeccionado, se evaluaría la cifra defraudada de impuestos y se exigiría su pago inmediato.

Es decir, si en este país hubiese un mínimo de seriedad haría meses, quizás años, que la Hacienda Pública habría estado investigando las cuentas de Juan Carlos de Borbón en Suiza y Panamá, habrían establecido el importe total del fraude y habrían exigido su pago.

Lo curioso es que en los muchos casos en que miembros de la familia real han defraudado a Hacienda a lo largo de la historia se ha aplicado siempre el mismo criterio, a pesar que, que yo sepa, ni existe ni ha existido nunca Ley alguna que conceda exención fiscal a la familia real.

La única conclusión de esta nota solo puede ser que Juan Carlos de Borbón es un criminal, y también lo son los propietarios del país y todos los que le han ayudado y apoyado para cometer sus fechorías.