Se trata de un fantástico lugar de paso para las aves migratorias por lo que en primavera son habituales las abubillas y garcetas, durante todo el año son más habituales aves como el cormorán o el simpático ostrero euroasiático que destaca en el horizonte con sus patas y su pico naranjas. Gracias a las fuertes mareas y las numerosas rocas que jalonan este entorno, se ha creado un ecosistema ideal para el desarrollo de diferentes especies de moluscos como percebes, mejillones o lapas. La flora curiosamente también encuentra acomodo a pesar de ser un lugar con unas condiciones poco favorables para su desarrollo, esto se traduce en la aparición de especies tan singulares y amenazadas como la acelga salada o la herba de namorar.
JOSE ANGEL MACHO BARRAGUES. INGENIERO AGRONOMO