Esto desmiente la tesis de que la burbuja inmobiliaria y la actual crisis crediticia era básicamente un producto estadounidense. Exceptuando a Alemania, toda Europa participó de la burbuja al tragarse el cuento de que la economía estaba rebosante de salud. Alemania fue el único país que se mantuvo alejada de la burbuja y es el único en el cual los precios de la vivienda no solo no se sumaron a la escalada alcista sino que incluso descendieron.
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