Comienzo a largar algunos textos que llegaron con motivo de la encuesta. Éste que publico hoy me parece en particular especial porque el escribidor realiza una tarea loable para con el underground del rock argentino: se trata de Mr. E, el personaje marplatense que desde su blog otorga un premio monetario (1000 pesos argentinos) al autor del que considere el mejor disco del año. Valoro mucho el trabajo que se toma para comentar uno por uno los cientos de discos que le llegan; más allá de lo económico su laburo es impresionante -es un melómano de aquellos, claro- y viene realizándolo desde 2007: mucho aguante. Por todo esto, lo convoqué para que participe de la encuesta... Pero no pudo votar. Lo intentó pero no pudo.
En el texto de abajo, además de tirarnos muchas flores, -¡gracias don E, no es para tanto!- nos explica los motivos de su negativa a elegir esos 15 discos favoritos del rock argentino. Quédense tranquilos que le encontramos la vuelta para que participe de otra forma: va a ser uno de los tantos amigos que en este mismísimo momento, aquí, allá y en todas partes, escriben sobre los 109 discos que conforman la lista final. Sí, 109 discos conforman la selección final: ya explicaremos mejor los porqués.
Ahora los dejo con las palabras de Mr. E, ¡gracias maestro!:
"La Música es del Aire elaboró una muy interesante encuesta para que músicos, periodistas y personas que tengan cercanía al rock listen sus quince discos argentinos de todos los tiempos, sin otra condición que sean de su agrado y gusto. Se aclara que no son "los mejores" sino "los que más te gustan". Seguramente por error, cual Peter Sellers en La Fiesta Inolvidable, también este pelafustán fue invitado a participar. Y en verdad me pusieron en un problema que no me animo a resolver. Quince discos son muchos a pesar de tener escuchados centenares. Es que me resulta complejo seleccionar sólo unos pocos sin que haya factores que pesan en mi inconsciente. Porque la historia del rock pesa y mi historia personal también. ¿Hay que ser justo? No creo, pero ¿se puede ser tan injusto y despojarse del valor de trabajos que hacen a la historia de nuestro rock y marcaron un camino? ¿Se pueden separar nuestras historias de la de nuestro rock? ¿No son acaso las mismas historias que cada uno en su más íntimo ser ha escrito? Debo reconocer que yo no puedo. Mis quince discos no me salen. Yo, que ya peino canas y muchas, no soy el mismo tipo que enloqueció a sus doce años cuando escuchó Adiós Sui Generis. Tampoco el que quedó con la boca abierta con Lo Mejor de Pescado Rabioso y su pez de sangre aceitosa en la tapa o con el debut de Los Violadores. Y sin embargo nunca me sentí demasiado atraído por la obra de los pioneros indiscutidos como Manal o Los Gatos. ¿Cuánto vale mi listado? Si para mí vale poco, para el resto no debería valer nada. Hay discos que me atravesaron el alma y aún hoy lo siguen haciendo. Son muy pocos. Hay otros que me tocaron las fibras y hoy bordean el placer culposo vergonzante. Mis últimas obsesiones musicales están imbuidas del valor de lo actual, del entusiasmo del descubrimiento y varios discos de hoy pueden ser el error de mañana. Hay obras que hace décadas me parecieron brillantes y hoy las siento opacas, deslucidas. Sencillamente no puedo elaborar mi lista con fluidez. Me cuesta, me tortura, no me sale. La iniciativa es simplemente brillante. No sólo por los resultados alcanzados, que seguramente serán fascinantes, sino por el desafío que me planteó y me hizo masticar la piedra de la derrota. Las encuestas de opinión, sobre todo cuando se elaboran libres de todo condicionamiento comercial, son terriblemente seductoras y generan, siempre, opiniones encontradas y cuestionamientos variados. Pero ofrecer este espacio para lo que te gusta es como desnudarse adelante del mundo y no debería ser objeto de opinión si tengo unos rollos de más. Lo interesante es que tendremos una foto de lo que le gusta a un universo de artistas y allegados al rock desde una visión sincera y proveniente de auténticos conocedores. Espero con ansias el desenlace de este experimento elogiable. Pido disculpas por no haber estado a la altura de la demanda. Felicitaciones a los que se animaron y, sobre todo, a los que organizaron y encararon un laburo enorme y maravilloso".