Palacio de cristal

Publicado el 30 octubre 2014 por Lourdesms
Un Palacio de cristal que construimos alrededor de nuestro corazón para sentirnos seguros, emparedando en él todo aquello que creemos que nos hará débiles. Un palacio que no es ni más ni menos que nuestra mente, nuestra propia cárcel interior y nosotros sus carceleros y sus reos a la par.

 Imagínense un mundo solitario y callado cubierto por un frío cielo.Imagínense ahora una cueva, viva, aparentemente, bajo ese gélido techo pétreo en la que sólo se escucha un único sonido: el de un torrente de vida cansado y sórdido corriendo por entre las desafiantes y escarpadas paredes ¿Se lo imaginan ya?Esa cueva se encontraba inmersa en el confín del bosque, en el seno de una montaña en cuya ladera se levantaba un palacio de cristal guardado por cinco fieros pilares de frío e inmune marfil: miedo, rencor, soberbia, avaricia y tristeza. Aquella construcción resaltaba sobre el paisaje sombrío, pero nadie, ningún ser viviente con el que tuve oportunidad de hablar sabía algo en relación a semejante palacio acristalado.


Multitud de leyendas existieron y existen en torno a él y a sus ocupantes, de los que nada se supo, se sabe, ni se sabrá... Grandes seres encerrados tras las cristaleras, mirando la vida sin participar en ella, luchando permanentemente y sin descanso por salir de allí: valor, felicidad, sencillez, amor, generosidad y alegría.Todo depende de cada uno, de comprender que de cada una de las penalidades sufridas en el camino siempre se aprenden cosas nuevas y útiles que al final acabas aceptando pues son las que te construyen como persona.
Los leones de marfil son fieros y temibles, pero pueden morir, desaparecer. La apariencia acristalada del corazón no debe ser una cárcel en sí misma, sino tan sólo un adorno que lo haga brillar  con más intensidad de lo que de por sí lo hace. Esta es la verdad de mi vida y de la tuya.