Cuando apareció el internet como medio de comunicación masivo, nadie se imaginaba hasta dónde podría llegar la difusión de la información. La paleontología no se salvó y gracias al internet, muchos de los "secretos mejor guardados" en las obras de papel, saltaron al ciberespacio. Gracias a esto estoy escribiendo éstas líneas y ahora estamos mejor informados que nunca (sin considerar a los sitios de desinformación).
Con esta revolución llegó también la posibilidad de que muchos artistas hicieran más conocidas sus obras, pero también abrió la puerta a muchísimos entusiastas a publicar sus obras. Esto es una navaja de dos filos, por un lado tenemos las mejores reconstrucciones de criaturas prehistóricas y por el otro, tenemos las peores creaciones a disposición de unos clics.
Antes de que suene la palabra elitista en su mente, permítame explicarle. El paleoarte es aquél arte con temática prehistórica que se lleva a cabo con motivos artísticos. Y hoy, el uso de esta palabra es desmedido. Cualquiera es un "paleoartista", pero entremos en tema. El arte es una forma de expresión altamente subjetiva, lo que puede resultar altamente artístico para unos, puede ser completa basura para otros, pero no deja de ser arte. De tal forma que toda expresión plástica o corporal que involucre cuestiones paleontológicas es en efecto paleoarte, pero sólo desde el punto de vista de quién contempla la obra. De tal forma, uno no debería tildar su trabajo de paleoarte, ese es un honor que quienes ven nuestras obras deberán calificar como tal.
Por otro lado, tenemos a la paleontografía, que trata del arte de la reconstrucción de los fósiles de forma rigurosa. En este tipo de paleoarte tenemos ilustraciones más de tipo técnico que artístico y dichas obras siempre están supervisadas de cerca por los paleontólogos. Existen dos subtipos de ilustraciones científicas, aquellas que no le ponen nada a los restos fósiles y aquellas que permiten cierta licencia creativa para reconstruir dichos restos. Pero ¿es la paleontografía lo mejor que hay? Depende del cristal con que se mire y de la necesidad del momento. Digo, cuando uno busca un cráneo para reconstruir la criatura, no le conviene a uno toparse con obras de poco rigor.
Pero también hay un tipo bastante especial de paleoarte que es diametralmente opuesto a la paleontografía. Se trata del paleoartismo, según Andrea Cau el inventor del término. El paleoartismo se define como el arte que carece de un buen fundamento científico. Que se traduce en una escasa fidelidad con lo que se sabe de los organismos pretéritos y que, de forma general se hace dentro de la cultura pop de la paleontología y con cierta obsesión de fondo. La mayoría de los así autodenominados paleoartistas en realidad son creadores de paleoartismo. Y aquí cabe una cosa importante. Para definir si una obra es o no paleoartismo, se debe juzgar acorde al tiempo en el que se hizo y lo que se sabía de las bestias es decir, acorde al paradigma vigente. En otras palabras, el paleoartismo no es retroactivo.
Las obras paleoartísticas caen en diferentes categorías y las mismas tienen una gradación que va de lo más técnico a lo más burdo. Veamos un gráfico que nos podría ayudar.
Para que no se sientan mal, les presento una cochina obra de paleoartismo hecha por mi.
Y bueno, esto fue todo por ahora estimados lectores. Espero que el tema les haya resultado interesante, si es así no duden en compartirlo. Pásenla súper.