“Aunque los saurópsidos no disponían de pulgares oponibles, sí podían usar los dientes para desenroscar el bote y luego limpiar el suelo”, explica Judit Mancho, experta en palentololejía. “Seguramente cogían la fregona entre dos ejemplares y entonces borraban las huellas”, añade. “Pero claro, al borrar las huellas, pues no hay huellas, y entonces es imposible demostrar que eso pasara”, se sincera. “Pero eso no quita que haya pasado”, concluye.
Otra teoría que se baraja en la comunidad de paleontólogos defiende que los dinosaurios utilizaban calcetines, aunque no se ha encontrado ninguno porque los calcetines se pierden muy rápido. “Todos perdemos calcetines constantemente, así que es imposible que ahora encontremos unos de hace millones de años”, defiende Mancho, que también es especialista en calcetines. “Es de sentido común”, insiste.
Aunque la teoría de los calcetines es difícil de rebatir, la mayoría de los paleontólogos considera que es la de la lejía la correcta, pues en toda la historia de la paleontología todavía no se ha encontrado ni una sola camisa amarillenta que perteneciera a un dinosaurio.
Javi Ramos (El Mundo Today)