Susana Khalil
Decir a estas alturas (ante el exterminio del pueblo semita palestino) que Hamas es un «grupo terrorista» puede ser una afirmación ingenua, por no decir ignorante, y si hay alguien de la izquierda que lo dice, es una actitud inmadura y demagógica, cayendo en una postura criminal, siendo una postura que beneficia al fascismo imperial y colonial.
Decir a estas alturas que Hamas es un grupo terrorista, que esos ataques no se justifican, que es grave lo que ha hecho, que no se debe usar la violencia, que la violencia no es la solución. Decir esto, es un desconocimiento no solo de la dolorosa realidad del pueblo nativo palestino sino, de la sobrevivencia como pueblo y es además desconocer la amenaza fascista imperial que atraviesa la historia contemporánea mundial.
En general existe mucha demagogia intelectual y la izquierda no escapa a ella. Es muy cómodo condenar a Hamas e igualmente sabemos del sofisticado miedo que no nos permite ser completamente honestos.
Hay que ser más respetuoso en no imponer o dictar al otro, cómo debe luchar.
La Causa Palestina se encontraba camino al matadero, estábamos asistiendo a su féretro. Desde Oslo, donde fueron burlados los acuerdos de paz. La Normalización, donde algunas petro tiranías árabes están abiertamente a favor de ese colonialismo y de espaldas a su pueblo hermano palestino. Donde amargamente el pueblo nativo semita palestino sufre la humillante traición de la Autoridad Palestina. El activismo pacífico es igualmente censurado. Hamas irrumpe a través de una acción militar contra ilegales colonos, en territorio Palestino.
Justamente este episodio de la Causa Palestina debería servir a una reflexión revolucionaria y no al confort intelectual del Statut Quoi.
El Statut Quoi es la guillotina. Es la muerte miserable e indigna. Si el pueblo nativo semita palestino se rinde, se confinaría a su desaparición. Si el pueblo nativo semita palestino lucha tal vez sea exterminado. Pero hay que dejar claro, que es mejor desaparecer en lucha y no desaparecer rindiéndose a través de impostores discursos humanistas.
El pueblo nativo palestino no solo está derramando su sangre por la liberación de su pueblo sino que se encuentra protegiendo a toda la humanidad ya que se enfrenta al movimiento fascista más poderoso de nuestro tiempo, el sionismo. Es por eso que es tan difícil la Causa Palestina, es por eso que existe tanta cobardía disfrazada de estrategia y de solo imponer la lucha pseudo pacífica.
Nos vendieron que se trata de un conflicto difícil debido a que es complejo, milenario, religioso, no, todo eso es una alienante mentira. Lo difícil es debido a que es un pueblo nativo que se enfrenta al fascismo más poderoso de nuestro tiempo histórico, el sionismo. Es una lucha que se enfrenta directamente al poder imperial.
Lo difícil de la Causa Palestina, es nuestra elegante cobardía.
El espectro de la izquierda no toca la raíz de la Causa Palestina, aunque muchos palestinos y árabes en general tampoco. La izquierda sigue el patrón colonial occidental, habla de esa tramposa propuesta de dos Estados (dos Estados es una modalidad colonial). No lo asume como un régimen colonial, lo condena y maldice pero a su vez sostiene que «Israel» tiene el derecho a existir (ningún colonialismo tiene derecho a existir). Habla del «Pueblo Judío», cuando en realidad son europeos conversos a la religión Judía y se disfrazan de «Pueblo Judío, de Semitas, de Hebreos» para colonizar Palestina. La izquierda forma parte de ese círculo que orgánicamente no afecta al eurocéntrico fascismo sionista.
La lucha armada
Si bien es verdad que la lucha armada no es lo ideal, es también verdad que es inmoral no hacer uso de ella ante el exterminio que ejerce ese colonialismo eurocéntrico israelí.
Hamas forma parte de la diversidad política del pueblo nativo palestino. Hamas es un partido político palestino de postura en pro de la lucha armada ante el colonialismo y de línea religioso.
En los estatutos de Hamas tiene absolutamente prohibido realizar cualquier acto armado fuera de Palestina. Este grupo político religioso, sostiene que es un pecado, un acto de terror realizar atentados fuera del suelo nacional que buscan liberar. Contrariamente a los grupos políticos seculares palestinos que sí cometían atentados fuera de Palestina, como los actos terroristas que cometían en Europa.
Por otra parte existe una represiva atmosfera dirigida a castrar, a cercenar cualquier acto de lucha armada. Esta represión, la ejecutan entre otros las fuerzas de dominación fascistas, mediante la tramposa instrumentalización de los valores humanos, ejemplo: no a la violencia, no a la guerra, la guerra no es la solución. Algo así como: no se puede ser demócrata o feminista y apoyar una lucha armada. …la lucha debe ser pacífica, en el combate de las ideas, en la fuerza del dialogo, en la dialéctica del debate. Es cómo decir, no a la lucha armada aunque tal negación sirva al exterminio del pueblo nativo palestino.
La caída del anacronismo colonial de «Israel», sería la pérdida del control imperial estadounidense en todo el Levante, esto sería el crónico declive de la bestialidad imperial y un triunfo de la soberanía de los pueblos árabo-perso-kurdo. Sería un aporte a la consolidación de un mundo más multipolar. Un mundo que da paso a un orden internacional más democrático y equitativo.
Sin tabú y sin miedo, sí, creo en la liberación del pueblo nativo, arabo-semita, palestino, levantino, cananeo de la Gran Siria. Sí, fin del colonialismo eurocéntrico israelí. Ahora la población que porta el gentilicio colonial israelí pasaría a portar el gentilicio nativo palestino. Me opongo a que sean expulsados, esto sería moralmente un atentado a la madre Causa Palestina.
El histórico y digno rol de los pueblos nativos ante la barbarie colonial es combatirlos.
Si un elemento tan vital como lo es la lucha anti imperialista, antifascista y anticolonial no prevalece en la conciencia de la Izquierda, no creo que sea una izquierda que esté comprometida con la justicia humana.
Que la oportunista actriz estadounidense Angelina Jolie condene los atentados de Hamas, lo podemos comprender, pero cuando son figuras de la izquierda quién lo dice, esto los convierte no solo en demagogos, desconocedores e insensibles sino en arlequines funcionales de la atrofia e inhumanidad imperial.
Susana Khalil
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