Hace unos días saltaba la noticia de la muerte del hasta ahora poco conocido "molde" del que Hergé sacó a su Tintín de la manga, el reportero más famoso del siglo XX. Pensado primeramente como historieta del suplemento Le Petit Vingtième de un diario de orientación católica belga, la particular silueta de un joven pelirrojo llamado Palle Huld despertó el interés del dibujante. Su celebridad convivió desde siempre con el espíritu aventurero que heredó su homónimo dibujo, y es que el joven boy scout ganó con tan sólo 15 años el concurso del diario Politiken que le brindaba la oportunidad de dar la vuelta al mundo durante cuarenta y cuatro días. De esa hazaña se ilustró un libro que narraba sus aventuras en tren, barco y coche por Estados Unidos, Alemania, Japón y Siberia, conmemorando el centenario del nacimiento de Julio Verne.
A pesar de que el belga León Degrelle, oficial nazi protegido por el régimen franquista y reconocido nacionalmente como José León Ramirez Reina, se atribuyera la imagen del trotamundos asegurando que éste también era fascista, nada pudo con la fama del pelirrojo, que durante toda su vida se vio envuelto en acusaciones de índole homosexual y racista.
Su pulcritud al vestir, con pantalones bombachos, gabardina y jerseys siempre a la moda, sumado a su perspicacia y buen hacer, le confirieron un aire que lo diferenciaba de las demás historias gráficas, elevándolo a la categoría de icono, calco del que un día fue un joven de carne y hueso que el pasado 26 de noviembre emprendió su último viaje.